Hace más de un año que tomé la decisión de estar sola, pero sola de verdad. Sin pareja, amigos, ni nada que se le parezca. Creo que fue una de las decisiones más inteligentes de mi vida. Me liberé de todas las personas que no me aportaban nada.
Puede que fuera algo drástico, y que seguramente habría otras formas, pero ha sido lo que me ha funcionado para aprender a ser feliz por mí misma.
No niego que ha sido difícil, y que en muchas ocasiones he echado de menos tener a alguien con quien ir a tomar un café, ir al cine, o salir a tomar algo de noche. He pasado muchos fines de semana sola en casa.
Pero me ha servido para tener la suficiente seguridad en mi misma como para ir a comer o cenar yo sola, sin estar mirando a mi alrededor constantemente preocupándome de lo que estarán pensando los demás de mí. Tengo pendiente ir al cine sola, algo que jamás me hubiera atrevido a hacer.
También me ha servido para descubrir a quien le importo realmente, ya que como mucho un par de personas han sido capaces de ponerse en contacto conmigo durante este tiempo que he estado “desaparecida”.
Pero sin duda, para lo que más me ha servido, es para aprender a amar de verdad. De una forma sana. Y es que yo pensaba que en el amor se sufre siempre, y eso no es verdad. El amor no duele. El amor de verdad no hace daño, en una relación sana no se sufre. Y no hablo de que no se discuta, o de que tengas que estar de acuerdo en todo con tu pareja. Pero cuando dos personas se quieren de la forma correcta, discuten sin herirse, entendiendo la postura del otro y solucionando las cosas.
Me he dado cuenta de que la mayoría de las personas no saben amar, y es porque no saben estar solas. Hacen de la otra persona su felicidad, y eso es siempre un error. Tienes que ser feliz tú, y si luego llega alguien que completa esa felicidad y te acompaña en tu camino, perfecto. Pero sin dejar de ser tú, no hay que olvidar que sois personas independientes, que podéis compartir una vida pero sin dejar de ser independientes. Porque si esa persona se va, no se podrá llevar lo más importante, tu motivo para levantarte cada mañana de la cama.
Y es que la razón por la que debes levantar tu culo cada mañana, eres tú. Únicamente tú.
Quiérete, ama tu cuerpo, se feliz, vive tu vida. Y si llega alguien que quiere aportarte un plus de alegría, perfecto. Pero no cierres las puertas una vez entre, no vaya a ser que al irse te destroce todo lo que has construido.