Revista Diario

Sorpresas y más sorpresas...

Publicado el 03 julio 2010 por Hada

Mi nueva vida no dejará jamás de sorprenderme. Veréis...

Ayer bajé a la finca para echarle un ojo a las lechugas recién plantadas,

SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

revisar el estado de las papas (las nuevas ya están listas para recolectar),

sacar unas fotos y examinar las viñas.

Y en esas estaba,

SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

 mirando y remirando racimos y hojas de parra...

 SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

Cuando entre las hojas, ramas y racimos,

casi por casualidad,

me topé con esto:

 SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

Tuve claro que se trataba de una nidada de mirlos. Los padres deben ser los mismos mirlos que veo cada día por nuestra finca y las de los alrededores. Sin embargo, tras la emoción inicial me vino el miedo. Observé a Rocky olisqueando un punto. Me acerqué y me topé con al menos una veintena de plumas negras. Blondie estaba desaparecida. Por más que la llamaba no venía. Y mis tres perros acuden siempre a mi silbido como rayos. Pensé que se estaría comiendo a la madre de la nidada.

Busqué y rebusqué a Blondie y nada. A la segunda intentona, decidí continuar la búsqueda esta vez en silencio. De pronto, a mi izquierda, oí su respiración olfateando. Seguía sin verla entre el follaje, pero casi 20 kilos de perra color crema son fáciles de vislumbrar entre la hojarasca y las verdosas yerbas. Se había hecho una especie de lecho y ahí estaba, oliendo y lamiendo la tierra. No había plumas. No había sangre. Su boca estaba limpia como una patena. Pero aún así no las tenía todas conmigo y una vez ya en casa, me lancé a la red para buscar información sobre el empolle y cría de mirlos en cautividad.

Durante el resto del día estuve atenta, espiando desde la distancia la finca, por si veía a los padres de dichos huevos. Ni rastro de ellos. Por la tarde, volví a bajar y he aquí que me llevé una más que grata y feliz sorpresa al ver esto otro:

 SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

Había un nuevo huevo, por lo que la madre al menos sigue perfectamente. ¡Qué alegrón me dio, hasta salté de la emoción!

Por lo que pude informarme lo normal es que pongan entre 4 y 6 huevos, así que hoy, cuando vuelva a bajar a la finca, igual me topo con alguno más. El empolle dura entre 12 y 14 días, antes de que rompan el cascarón, por lo que supongo que el nacimiento se producirá entre el 13 y el 15 de este recién iniciado julio. Estaré muy atenta para ver si me es posible ser testigo de ese instante.

Tal vez haya sido el padre el atacado y acaso muerto. Las plumas se hallan justo bajo un claro entre los árboles y en esta zona hay muchos cernícalos, halcones y aguilillas. Puede que escapase, aunque con una buena calva.

Pero las sorpresas no habían acabado aún... No sé cómo no las había visto hasta ayer. Cosas de ser una urbanita reconvertida en "maga" (entiéndase, "campesina canaria).

Resulta que todo el fondo de la finca está repleto de habichuelas. En primavera esa zona se llenó de unas plantas que culminaban en una preciosa flor lila con aspecto de mini-orquídea. Me gustaban tanto que, por fortuna, decidí no arrancarlas. Pues resulta que son la flor de la habichuela y ahora toda esa área está repleta de ricas vainas, como podéis observar.

 SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...

Como véis, no salgo de una sorpresa para verme inmersa en otra.

¿Cuál me esperará hoy? SORPRESAS Y MÁS SORPRESAS...


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