¡Soy un flamenquito feo y torpe!

Hoy la historia, es de un flamenquito feo y torpe , pero no va de “un bailador chiquitito, feo y que baile fatal””, sino de un polluelo, de la ave que más me gusta, el Flamenco Rosa, tan elegante, bonito y tan hábil para sujetarse sobre una sola pata, mientras se alimenta, o simplemente luce todo el esplendor de su belleza.

Nadie, puede pensar, que el polluelo de esta bella ave, sea un “ feo y torpe”, como el tierno patito feo, Pero hace unos días en un Zoológico de Cali, en Colombia, nació en cautividad, un polluelo, al que todos, imaginamos, al menos yo, una cosa tierna, blandita y con unas largas patitas, como las jirafitas, recién nacidas, siguiendo a su bellísima mamá.

Pero los polluelos de flamenco, tienen las patitas atrofiadas, feas y gruesas, desproporcionadas, para su cálido cuerpecito y más que andar se arrastran, sobre la curva, de los codos o rodillas, ya que no sé exactamente como se llama esa parte de la pata, y así van cogiendo fuerza, para un día poder erguirse y convertirse, en algo bello y espectacular, para la naturaleza y la vista.
Y si algún día se encontrara con el patito feo, seguro que este le diría, no te desesperes, porque algún día te convertirás en una de las aves más bellas, como yo, que al final me convertí en un cisne.