Que abráis este 2015 con más ilusión que el anterior.
Que se os cumplan esos deseos olvidados. Esos deseos que ni os atrevisteis a soñar.
Que la felicidad os acaricie la cara, os bese en los ojos, os abrace y os eleve.
Que la dejéis entrar. No tengáis miedo a ser felices.
No miréis atrás. Pues el pasado no podemos desdibujarlo, cambiarlo de forma, ni borrarlo.
Mirad sólo hacia adelante. Con ganas, con fuerza, con descaro.
Con la barbilla en alto.
Pues el 2015 es nuestro. Tuyo, mío: Nuestro.
Será de los valientes, los alegres, los ingeniosos, los creativos.
Será para los positivos como tú y yo.
Que no llegue Diciembre del 2015 y nos recuerde todo aquello que no tuvimos cojones de tirar adelante.
Que no venga otoño y sigamos queriendo dejar el tabaco.
El 2015 está por descorchar. Está por abrir, por estrenar, para llevártelo puesto.
Sólo debes ir a por él. Coger tu cachito, sorber lo bueno, escupir lo malo.
Y no mirar nunca atrás.
Aprende de tu ayer y cómete el mañana. Disfruta de tu hoy.
Aprovecha la fuerza del fin de año, de ese arranque de buenas intenciones que nos viene a todos... haré, aprenderé, adelgazaré, subiré, viajaré...
Yo por mi parte me voy a comer todas las perdices*. No dejaré ni una.
Seguiré escribiendo, es mi forma de estar en la vida.
Es la respiración involuntaria de mi alma.
Mi forma de entenderme, de decíroslo, de explicar la paz, el misterio y mis miedos. De volcar inquietudes.
Seguiré esperándoos aquí en la suelta.
Pero hoy os pido que rompáis este 2015 en pos de la alegría.
Que lo llenéis de risa, que celebréis hasta las pequeñas nimiedades.
Y sintáis que hacéis el amor con la felicidad. El éxtasis.
Para vosotros.
Mis poquitos lectores.
Un brindis por vuestros propósitos.
Vuestra.
La suelta.
*porque ese es el alimento de los felices...