Argumento.
El capitán del ejército William Fordyce, futuro conde de Wessex, ha pasado el último año en el infierno: se alistó para ir en busca de su hermano Alex y su escuadrón cayó en una emboscada y fue masacrado; pero su verdadera pesadilla empezó días más tarde cuando despertó encadenado en la prisión de Chablis.
En Inglaterra todos lloran la supuesta muerte de William, todos excepto Marianne, que se niega a aceptarla y va en su busca. Desde que Griffin Hawkslife la entrenó y la dejó formar parte de la Hermandad del Halcón, Marianne ha participado en infinidad de misiones, pero ninguna tan importante como la de ir a salvar al hombre que ama y al que le rompió el corazón.
Después de leer esta novela sólo se me ocurre una palabra: Fabulosa.
En esta segunda entrega de la Hermandad del Halcón volvemos a encontrarnos unos personajes en los que a pesar del tiempo que transcurre desde la publicación anterior se recuerdan fácilmente .... William, Marianne, Hawkslife, Alex, Irene. Anna Casanovas posee un talento especial en sus descripciones para conseguir que no los olvides. La historia viene cargada, muy cargada de emociones fuertes desde el primer renglón, nos trae sentimientos profundos que te hacen plantearte si tú los sentirías igual, segundas oportunidades a las que todos tenemos derecho, desvelos anhelantes, pasiones escondidas y sorpresas que te maravillan sin darle al lector opción a decir basta. La trama perfectamente narrada no da tregua, no puedes dejar de leerlo hasta agotar la última palabra.
El único inconveniente es su brevedad, me ha parecido demasiado corto, escueto, como si el final tuviera que resolverse lo antes posible. En ocasiones se agradece que las historias no se alarguen demasiado con palabrería gratuita (que en ninguna de las obras de Anna Casanovas encontraremos) simplemente por rellenar.
Resumiendo, otra gran novela de esta fantástica autora que descubrí el año pasado y de la que me he leído todas sus novelas seguidas, sin pausa entre ellas.
La nota musical a este post sería Un vídeo de Dani Martín. Mira la vida.
Moraleja: ¿Merece la pena encontrar el motivo para seguir viviendo, por mucho dolor que se sufra para conseguirlo? En la recompensa hallarás la respuesta.