Revista Talentos
Antes de empezar mi reseña sobre “Tokio Blues” pensé esperar a que se me pase el enojo (?) pero no me aguante y heme aqui escribiendo mi punto de vista sobre este libro que en ningún momento me saco lagrimas pero si risas y unas ganas tremendas de conseguir una 38 al terminar.
Murakami volvió a juntar personajes peculiares, divertidos e intrigantes y de todos, me encante con Midori, una chica de 20 años con un modo estrafalario pero también muy lindo de ver la vida y un sentido del humor muy bueno. Lo que hace que varios capítulos estén escritos para reír punto tras punto y decir “¡AA! ¡Como me gusta esta chica!”.
Así también, volvió a proponer una trama muy linda, tejida con las historias de personas que buscan el amor, le hacen frente a la muerte y buscan el sentido a sus vidas.
En cierta parte, la lectura se puso tediosa y me pareció estar leyéndolo a Coelho por la salida “zen” que se tomaron algunos personajes. Afortunadamente para mi, esto no duro mucho pero desgraciadamente mi gusto por el libro tampoco. El escritor jugo una vez mas con mis sentimientos en la ultima pagina.
Gaulth me había dicho que “murió” leyendo “Tokio Blues”, lo que me dio a suponer que esos 11 capítulos iban a resultar en un “WOW” final.
Cuando di por culminada la lectura, entendí a la perfección a que se refería con esa expresión. No “morí” con el libro como mi estimado amigo, pero si quise matarme cuando conocí su final.
Yo esperaba más de “Tokio Blues”.
Mucho más.