Revista Diario

Treinta y siete no es nada....

Publicado el 05 abril 2010 por Anabel
TREINTA Y SIETE NO ES NADA....
Hoy me toca levantar los ojos y mirar hacia atrás. Es mi cumpleaños. Y lo mismo que, cuando se inicia el curso (o el año) nos hacemos nuevos propósitos de cara al futuro, cuando llega el momento de cumplir años, se une a dicha disposición, la de valorar lo que ha sido la vida de uno hasta el momento.Ayer estuve con unos amigos que no veía hace tiempo, tras recordar y exagerar las peripecias que nos sucedieron (creo que algunas son totalmente inventadas), concluyeron, de una forma totalmente “viejuna”, que los jóvenes de hoy no saben divertirse, bla, bla, bla, bla, bla, bla que bonito es todo y que guapos éramos nosotros….La verdad es que no soy de esa opinión, creo que hay gente que no ha sabido divertirse ni ahora ni entonces, y que hay chavalitos que llevan su vida por el camino que todos hemos usado antes. Ni mejor ni peor. Aplicar un pesimismo totalitario a la gente más joven, me parece tan poco acertado como culpar de todos nuestros males a los mayores (aunque el baby boom, nos jodió bastante a los setenteros)En esta conversación, alguien acabó concluyendo que los mejores años de su vida habían sido los de su adolescencia. Una vez en la cama, empecé a darle vueltas al asunto, preguntándome ¿Cuáles han sido los mejores años de mi vida? ¿Han pasado ya? Dividí mi vida en décadas y llegué a la conclusión de que una normalidad casi absoluta ha reinado en estos treinta y siete años de vida (sí, sí no los aparento, lo sé).He estado sana y enferma; deprimida y alegre; toqué el piano y lo dejé, pero conservé cierto gusto por la música clásica; he ido toda mi vida estudiantil algo adelantada, lo que me valió alguna que otra pulla por parte de mis compañeros; conocí mi marido mucho antes de pensar en él siquiera como novio; estudié en la universidad; preparé y abandoné unas oposiciones; comencé a ejercer mi profesión y ahí ando. Con el tiempo he descubierto lo mucho que me gusta escribir. Y es que, en contra de lo que pienso otros días, los treinta son tan buena década como cualquier otra para ser consciente de lo que uno desea y luchar. Hace tres años y pico recibí un regalo inesperado: mis hijas, Julia y Patricia, que son más que lo que podía esperar.Creo que ha sido una vida bastante normal de la que en realidad sólo facilito alguna pincelada suelta. Deseo que los años que vengan sean aún mejores (por pedir, que no quede). Un beso y felicidades a los que hoy cumplimos años, entre ellos, la Gran Vía.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas