Revista Diario

Tu luz y oscuridad

Publicado el 15 enero 2013 por Alxndro @al_x_ndro

Cuando hablamos de ser mejores, ser más felices, vivir una vida mejor, solemos hablar en términos de positivos. Hablamos de técnicas y mentalidades para superarnos, de formas de ser que dan la espalda a la tristeza, el énfasis está en dejar de dar atención a aquello que ya no deseamos. Esto es correcto y adecuado, y hay más que decir al respecto.

Prácticamente nadie habla de lo que hay a la sombra, que es donde muchos hemos pasado un tiempo.

El riesgo
Todos mencionan las cosas negativas en la vida, y pocos se involucran voluntariamente en la experiencia directa de ellas. Nadie quiere detenerse allí, sólo van de paso, ya sea porque ya las conocen y no las desean más, o simplemente porque les temen (y, paradójicamente, el miedo es parte de ellas).

Esto, en parte, es por el riesgo latente de que hay quien aproveche la oportunidad para justificarse como víctima pasiva de su realidad, y porque hay quien gusta afianzarse en el tipo particular de miseria que ha escogido. Por eso se ignora al lado oscuro de las cosas.

La luz proyecta la sombra
Ahora, creo que hoy quiero pasar un poco cerca de la sombra. Recuerdo que cuando antes estaba triste y deprimido, si alguien venía y me decía que me sintiera bien, que le sonriera a la vida porque la vida me sonreiría de vuelta, sentía que, evidentemente, no comprendían mi situación y no sentían lo que yo estaba sintiendo. Francamente, entonces los encontraba ingenuamente pedantes, y hoy entiendo lo que querían decir.

La oscuridad existe, la ignoremos o no. Las cosas tristes de la vida son ineludibles. La verdadera felicidad no tiene que ver con la ausencia de pesares u obstáculo, sino con el reconocimiento de que lo bueno y lo malo, positivo y negativo, son parte de una misma cosa. Es decir, que uno no excluye al otro, de hecho, usualmente ambos están presentes en diferentes grados. Y, si ambos aspectos están presentes, nosotros podemos escoger cuál queremos experimentar, en cuál nos queremos enfocar.

Dicho eso, cabe mencionar que hay mucho que aprender de la oscuridad, de nuestra propia oscuridad. Toda experiencia negativa, así como todo lo que percibimos como nuestros defectos y deficiencias, nos hablan de lo otro que está oculto dentro de nosotros, nos hablan del lado brillante, de nuestras potencias y posibilidades. Si dejamos de querer huir de lo oscuro, podremos vernos más como somos y sabremos de qué maneras podemos brillar. Las sombras le dan volumen y dimensiones a la vida.

Falsas apariencias
Estos (como todos) son aparentes opuestos, en realidad, forman parte de una misma identidad, son las apariencias de una misma experiencia. No puedes ser valiente si no tienes miedo, no puedes ser feliz sin la posibilidad de sentirte miserable, el que puedas sentirte mal hoy quiere decir que también puedes sentirte bien… Si no conocieras el contraste de ambos, no podrías dar dirección a tu vida, no habría referencias. Y no tienes que quedarte en él, puedes decidir. Si la oscuridad está dentro de ti es porque la luz también.

Nos han enseñado a buscar la gloria, el goce, la perfección exterior, y otras ilusiones. Nadie quiere ser el débil, el que ha perdido o puede perder, el rechazado. Pero todo esto es parte de lo que nos compone, si no podemos aceptar ambos lados, no podemos llegar a ninguna parte. Podemos ser seres completos o estériles e inertes ficciones de personas. No puedes ser exitoso, no realmente, si no has perdido, si no has fallado. Me atrevo a decir que aquello que compone tus fracasos y dolores es la misma materia que compone tus logros y alegrías.

Entonces, aprópiate de la oscuridad que sientes en ti: tu tristeza, tu rabia, tu nostalgia, tu impotencia, tus errores, … Hazlo todo tuyo y escoge lo siguiente, sigue andando, pasa un tiempo a la luz.

Y tú, ¿dónde estás?
¿Estás en algún lugar oscuro?

Recuerda…
La oscuridad no está allá afuera.
No puedes huir de ella.
No hay forma de evitarla.
La oscuridad va dentro de ti. Es tuya.


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