Tu visión personal

Quizá te ha pasado: tienes grandes sueños y expectativas para tu vida, para tu persona, incluso para el estado general de cómo puede la vida en este mundo ser para todos. Pero algo falla, es como si esta voluntad y deseo tuyos no lograran materializarse, como si hubiera una asincronía en lo que tú, adentro de ti, sabes posible y lo que este mundo es capaz de producir. Como si todo se quedara corto.

Y, primero, insistes y es como si nadie comprendiera de qué hablas, como si incluso lo que dices (o intentas decir) estuviera fuera de lo que a otros les es posible percibir. Luego, te preguntas si no es que estás viviendo en un mundo de fantasía, en una irrealidad personal, cultivando una endémica y pequeña locura.

Después de todo, como has visto, la vida real no muestra aquello que buscas aunque tú intuyes que debe estar en alguna parte. Quizá es momento de ponerse serio y hacer lo que todos hacen, puede que sea hora de pensar, sentir, querer, desear como lo hacen los demás.

Quizás un poco de eso te haga falta, al menos te sería útil intentar comprenderlo y aceptarlo en los otros, pues necesitas reconocer el territorio por el que has de andar. Debes aprender cómo funcionan las cosas en su estado actual, pero hay algo que no debes dejar que se pierda entre la forma común de ser de otros.

En todos esos deseos y escenarios que has creado dentro de ti has hallado una visión de la persona que quieres ser y del mundo donde quieres vivir, eso es lo que nunca debes ceder. Y lo que hay en esa visión, el mundo no puede dártelo porque no lo tiene, aún no lo conoce, de hecho, es el regalo que tú quieres darle.

¿La reconoces?
¿Qué haces en ella, cómo eres? ¿Qué te rodea?

No puedes imponer esta visión de un día para otro, debes desarrollarla exteriormente, descubrir los detalles. No es algo hecho, es tu propósito, tu camino, un destino puro creado con lo que es fundamental para ti. En ella está la dirección general hacia la que quieres moverte, y sobre ella puedes planear e improvisar el resto.

Ahora que sabes que en ti tienes una visión y lo que deseas de la vida, debes actuar acorde con ella, usarla como un nuevo par de ojos, viendo todo lo que vives a través de ella. Así, conforme avances debes estar atento a encontrar qué es lo que requieres, qué necesitas aprender.

El universo siempre te apoya, sólo requieres tener tus sentidos listos a hallar cada nueva pieza del rompecabezas. Y, poco a poco, al tener tu atención en el lugar por el que vas pasando, te toparás con las oportunidades, personas y lugares que apoyarán cada vez de mejor manera tu crecimiento y progreso; eventualmente encontrarás el medio que será capaz de sostenerte óptimamente.

Esto en muy importante, ya que no somos seres aislados, el medio en que nos encontramos define mucho de lo que nos sucede y cómo nos sucede; no hay un ser independiente de un ambiente, todo es un ecosistema.

De esta manera verás que las leyes que aparentemente te limitan y constriñen en esta existencia crean contigo cada vez que haces algo nuevo, son el medio, el complemento a tu habilidad y voluntad.