Ventilar las habitaciones en verano, con la densa pátina del tiempo en las paredes
Decía mi viejo profesor en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo que para conocer el carácter de las ciudades, así como su salud, hay que pasearlas mirando hacia arriba, por encima de los bajos y particularmente a sus techos. Que por muy bien que se encontraran las plantas bajas, era en los altos donde podía apreciarse la pujanza o decrepitud de las zonas urbanas.
Y es cierto. Tan cierto como los fractales, que al observar un detalle se estudia una fracción del todo que se va reproduciendo a diferentes escalas, una cierta estructura entretejida mediante tan complejas interacciones que la mente común no es capaz de abarcar.
Cientos de historias se pueden hilvanar tras esa ventana entreabierta, sobre las capas de tiempo superpuestas en el edificio: las cosas de pasear sin rumbo, cuando el tiempo lo permite y apetece, cámara fotográfica en mano.
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Dario Alvarez (@darioalvarez) November 21, 2012
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