UNIDOS EN CRISTO
Efesios 5:19.
Pienso que dentro de todos los buenos deseos que se puedan tener para un año que está a punto de terminar y otro de iniciar debe estar, que en nuestras oraciones podamos presentar a nuestro Dios el anhelo de nuestra alma por la unidad familiar y con nuestros prójimos. Me encontré esta linda y significativa historia.
Un hindú y un neozelandés se encontraron en un buque misionero. Ambos habían sido convertidos del paganismo. Eran hermanos en Jesús; pero no podían hablarse porque ninguno conocía el idioma del otro. Entonces señalaron sus Biblias, y se estrecharon la mano. De pronto, una idea feliz pasó por la mente del hindú, quien con voz llena de gozo, exclamó: “¡Aleluya!” El otro rápidamente contestó: “¡Amén!” Habían podido hasta hablarse, usando del lenguaje celestial.
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