Es una virtud que vamos adquiriendo, yo diría que incluso formándonos con el fluir del tiempo y que se convertirá en una importante herramienta junto con la paciencia y la tenacidad para llevar, encaminar nuestros sueños, objetivos a buen puerto.
Conseguir esos logros pequeños o grandes a ojos de los demás, para nosotros la inmensidad del océano, la infinidad inexistente en que se funde el infinito.
Observar, ser precavido, proyectar si, aquello que puede ocurrir y en nuestra manos esta la posibilidad, por muy pequeña que pueda ser, de evitar.
Siempre en nuestra oportuna conveniencia, daños colaterales, los llaman, a veces inevitable.
Proyectar con nuestros gestos, miradas, actos, positividad, que se reflectara "momentos,observar y escuchar, no oír y valorar.
Cultivar nuestros sentidos, emociones, usar en nuestro favor, la música, el deporte, la lectura, el arte, en definitiva la cultura, nos abre horizontes ventanas hacía momentos inolvidables y nos ayudan a controlar todo ese mundo, a veces, lleno de controversias, contradicciones que es nuestro interior.
Esas luchas constantes entre mente y corazón, entre universos que confluyen y rompen nuestros esquemas y barreras, que hacen barruntar tormentas que solo nosotros podemos, no evitar sino suavizar, entender mitigar nuestro dolor, ese que a veces, no es tal, solo un espejismo, una ilusión que nos llena, que nos embarga e incluso nos deleita.
Marijose.-