Revista Diario

Viaja para conocerte

Publicado el 25 octubre 2012 por Alxndro @al_x_ndro

Acabo de regresar de un pequeño viaje y desde hace tiempo vengo pensando en escribir sobre cómo el viajar es un gran instrumento de autoconocimiento. Supongo que no hay mejor momento que ahora; procedamos…

Cuando viajas hay dos tipos diferentes de equipaje que llevas contigo: en uno llevas tu ropa, accesorios y utensilios que usarás durante el viaje; en el otro llevas todos tus hábitos de ser, tus inseguridades, miedos, pensamientos, …, todas las recurrencias que conforman tu persona.

Cuando viajas vas a un ambiente nuevo y diferente, donde la gente se comporta y viste de otra manera, habla otro idioma, se mueve guiada por otro sentido común y otras tradiciones; donde el clima, la comida y otros pequeños o grandes detalles son distintos a lo que estás acostumbrado.

Eres tú mismo en un lugar nuevo y desconocido. En esta situación tienes la gran oportunidad de ver cómo es tu relación con el mundo, las personas y tú mismo. Ya no tienes los mismos y usuales estímulos que perpetuan mucho de tu comportamiento cotidiano, pero aún tienes contigo esta forma de ser, actuar y reaccionar.

Y la pregunta es ¿quién eres?

¿Eres tú la relación que tienes con tus familiares, amantes, amigos y compañeros? ¿Eres tu trabajo, tu profesión, aquello que estudias? ¿Eres tus gustos cotidianos, lo que te gusta comer, vestir, ver, oír? ¿Eres tu rutina? ¿Eres la imagen exterior que has forjado durante años? ¿Quién eres cuando no conoces a persona alguna ni al lugar donde estás?

Estás en cero, ¿qué es lo más esencial de ti? ¿Hacia dónde gravitarás? ¿Hay en ti algún deseo verdadero que arde más allá de las circunstancias de tu vida cotidiana?

¿Cuál es la ‘vida real’? ¿Ésta donde tienes una libertad inusual que, si tienes día a día, suele pasar inadvertida o aquella donde las cosas son a tu alrededor parecen una circunstancia impuesta? ¿Te sientes más ‘real’ en alguna de las dos?

Aquí puedes verte más claramente que entre el ruido de las diarias repeticiones, puedes apreciar más detalles en el mundo gracias a las diferencias. Estás más presente, estás aprendiendo, y tienes que ver las cosas como son para poder interactuar con ellas.

Puedes darte cuenta más fácilmente de que mucho de lo que hacemos es por expectativa de nuestro medio y cultura, haces y pruebas cosas que antes no has probado, descubres cosas que te gustan y nunca te habían sido accesibles. Ves tus vicios, tu inercia aprendida, y empiezas a entrar en otra, pero percibes claramente ese momento donde debes decidir por qué haces lo que haces y no avanzar sólo porque los demás así lo hacen. Por un momento te ves a ti mismo, comprendes mejor tu libertad.

Sin todas las imágenes construidas y ensayadas sobre quién eres, ¿cómo te relacionas con el mundo, quién decides ser?

La mirada de los otros es una prisión y aquí sólo estás tú contigo mismo. Tienes todo un planeta a tu disposición y un mundo interno por explorar. ¿A dónde irás, qué harás, quién serás?

Viaja solo, viaja lejos, viaja largo tiempo.


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