Sútil caricia que sólo la piel siente
el aire calido de la mañana, alumbra
sensibilidad que delata
tu ser.
Envuelves en la negrura de la noche
aquello por lo que clamas justicia
tus lloros.
Descubres una mañana, entre reflejos
el renacer de tu vida.
¿Lo entiendes?
por fín, volviste.
Marijose y sus almas perdidas
Fotografía de la red.