Y me vuelve a pasar lo mismo, y yo es que no aprendo. Intento ir con pies de plomo, pero aun así, en cuanto me dan un poquito de cariño caigo como una tonta. Supongo que es la falta de una relación estable, algo que me de esa sensación de no estar sola. De tener a alguien con quien compartir todo.
Por suerte, aun que parezca mentira, ya no me afecta de la misma forma. Y puedo decir con orgullo, que se seguir adelante totalmente sola. Aunque realmente nunca este sola del todo, ya que siempre tengo personas en quien apoyarme.
Pero esta vez va a ser distinto, esta vez no pienso ir detrás de nadie. Me niego rotundamente a regalar mi cariño, quien lo quiera se lo va a tener que ganar. Y aunque suene egocéntrico, es lo que hay. He aprendido a valorarme, y nadie va a conseguir que deje de hacerlo. Tampoco es que le vaya a poner las cosas difíciles pero sencillamente, cuando se centre en mí, me centrare en él. Mientras tanto, no pienso comerme la cabeza ni estar mal, por nadie.
No pido tanto, solo quiero alguien que realmente le importe si estoy bien o mal. Alguien que se interese por si me ha molestado algo o no. Alguien que no pueda estar un día sin saber nada de mí, porque me echa de menos. Alguien que dedique unos minutos antes de irse a dormir, para hablar un poco conmigo e intentar conocerme. Porque sin hablar con una persona, sin preguntarle cosas de su vida y personalidad, es imposible llegar a conocerla.
Así que cuando se digne a prestarme atención, aquí estaré.
¡Y no, no es orgullo, es amor propio!
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