En Los Everglades dimos un paseo en las lanchas deslizadoras con motores de avión, visitando el hábitat natural de los caimanes de la Florida.
Tras el recorrido cogimos rumbo al Aeropuerto Internacional de Miami haciendo una parada por el camino para comer algo.
Llegaba la hora de la despedida de Miami, así que nos subimos al avión para dirigirnos hacia Madrid y más tarde a Tenerife.
Este ha sido un viaje maravilloso que recordaré el resto de mi vida. No sólo por ser el primero si no por ir a un lugar maravilloso rodeada de gente maravillosa.