Y le cayeron los 71...

Ayer fue el cumple de mi papi. Un día de locos para mí que se inició con la segunda operación -en menos de 3 meses- a mi coneja Chispa por culpa de un abceso dental que la trae por el camino de la amargura a la pobre. Como dicha intervención fue inesperada, me trastocó todo el día y los planes que había hecho. Con lo que, al regresar a casa, sólo disponía de dos horas de tiempo para decorar la tarta del cumpleaños de mi padre, ordenar, limpiar y preparar mis papas viudas que tanto le gustan, así como mis torrijas de canela y azúcar moreno.

No sé cómo lo hice, pero logré llevar todo a cabo justo en ese tiempo. Al acabar, me senté donde ahora mismo estoy, frente al PC y sólo pasaron unos 3 minutos antes de oir el motor del coche de mis papis frente a casa.

Hoy os traigo el resultado en imágenes.

Lo cierto es que lo pasamos muy bien.