Revista Diario

Y mañana, más. otoño 6

Publicado el 07 octubre 2020 por Evamric2012

 De vez en cuando navegamos al límite,  caminamos de puntillas en una línea de fuga, cegada de pureza, 

Y MAÑANA, MÁS. OTOÑO 6

y como buena profe de lenguas, paseo la mía por todos tus poros, alejada y asfixiada tras haber escuchado tantas lenguas muertas, y veo el ilusionado vuelo de las mariposas -algunas literarias- y cobijo en mi seno las esperanzas de los que aún conservan la capacidad de un corazón aunque ande tuerto o cojo de un pie.
No estoy cansada, no, no es eso, en la palabra cabe la posibilidad de meter en un estuche  lo que no quieres que se calcule, y en mi calculadora geométrica, los logaritmos sofocan mi sed en una mirada limpia, y los heraldos de nubes negras cabalgan por el alfabeto de las presuntas poesías que, desde lo incomprensible, bajo el manto de un laberinto en el que oímos los pasos de un minotauro cansado, esperamos telas de araña, como las de Ariadna, bajo sus revoltijos de náufragos.
Inventamos miles de alfabetos, (he visto a los de negro, con sus gafas tintadas y dando el perfil llamar a mi puerta en madrugadas sombrías) , y digo silencio, y desmemoria, y golpes, y sonrisas, y miedo, y llantos que se cuajan en la entraña, y digo también poesía como la de mi boca cuando te beso, como digo iglesia, o como digo arrebato, o muerte que transita en mi mente, como cuando la pronuncio y todos giran la cabeza y me dan la espalda.
No, no estoy cansada, y digo puerta y rosario, y letanías que aborrezco, reproches de códigos mutuos que son verdugos de amores malnacidos o neonatos.
Y allá en la noche oscura, la del alma del poeta, me cuelgo en la frase aquella de como decíamos ayer, y jugamos a disfrazarnos, a cubrirnos con un manto de hipocresía, a danzar con los muertos que ya no están y los que aún están, a las ideas de aquellas utopías, que caprichosas se tiñen de arrugas, al trueque de jugadas en jaque mate tapizadas de indiferencia, a quitarnos la coraza, a cubrirnos de calabobos esperando la tormenta fiera e inaudita que nos lave por dentro, o el fuego que queme cada una de nuestras verdades, a la luz verde, a la roja, al gris, hasta llegar al fundido en negro.
Y de ahí, soñar en verde…
Semáforo.
Podemos pasar.
La vida está ahí, con todo lo cruel o lo estúpido o lo mágico, quien sabe.
Es que la muy puta  gamberra, siempre estuvo, ha estado, y sigue estando y estará ahí, como esperándonos a la vuelta de cada esquina por sorpresa, y sin darnos tregua alguna.

                                                                           Y MAÑANA, MÁS. OTOÑO 6                                                                                    Gilbert Garcin       





          

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