Revista Diario
Ya no somos humanos
Publicado el 06 mayo 2016 por TaraferarLos móviles y tablets son nuestro mayor amor. La televisión e internet, nuestro mundo. La tecnología invade nuestras vidas. ¿Nunca os ha pasado, que al pasar por la terraza observáis que la gente se comunica menos con la voz y más con los dedos? Y no es que se toquen, ¡herejía! lo único que tocan son las pantallas de sus móviles. Que tengan que salir propuestas como: "ven con tus amigos a tomar una cerveza, deja los móviles en esta cesta, el que antes intente o coja su móvil, paga toda la ronda" es preocupante. Vamos de un lado a otro, ya sea caminando, en coche o en transporte público con el móvil en la mano, no somos conscientes de la realidad que nos rodea (Y después hay atropellos y accidentes, comprobado está que las nuevas tecnologías no son un beneficio en este sentido). Nos podríamos encontrar con el amor de nuestra vida, con el gorrión más rechoncho y adorable del mundo o con Golum y no nos daríamos cuenta.
Nos perdemos un montón de cosas mientras estamos enfrascados en esas pantallas. Y la verdad es, que lo que estamos perdiendo realmente es humanidad. Nos conmueve más ese niño con cáncer de facebook que pide ayuda, o la historia del indigente héroe, que ir por la calle y verlo en la realidad, es más por la calle ignoramos a esas personas, tendemos a mirar hacia otro lado cuando vemos un sin techo. Estando con el móvil o con la tablet perdemos poder de observar ne uestro entorno, esas historias de "iba por la calle y vi...x" ya no existen; perdemos la oportunidad de reirnos con nuestros amigos sin preocuparnos de nada más, perdemos la oportunidad de dar cariño, ya sea a un amigo o amiga o a un novio o novia, abrazar, besar, mirar a los ojos, complicidad...estas cosas cada día nos son mas extraordinarias. Las nuevas tecnologías son maravillosas, han permitido que personas que no caminaban, caminen; conectan personas que se creían perdidas y mil infinidad de cosas; con ellas todo está a nuestro alcance. Pero como todo en esta vida, tiene un límite, hay que utilizarlas con responsabilidad, sabiendo que somos nosotros quien las dominamos y no ellas las que nos dominan a nosotros.
Luchemos por seguir siendo humanos, por no perder el contacto piel con piel, los besos, las emociones en pareja o en grupo, esa paz al observar nuestro entorno sentados en un parque, llorar, reír... Decidamos nosotros, cuando coger el móvil y no nos veamos dominados por esa fuerza exterior que nos empuja a mirarlo a cada momento.