Revista Diario

La evidencia de lo que creemos (Cambiar tus creencias, parte 5)

Publicado el 03 julio 2013 por Alxndro @al_x_ndro

“En la provincia de la mente, lo que uno cree que es cierto es cierto o se vuelve cierto, dentro de ciertos límites a ser encontrados experiencialmente y experimentalmente. Estos límites son creencias adicionales por ser trascendidas. En la provincia de la mente no existen límites. Sin embargo, en la provincia del cuerpo hay límites definidos que no deben ser trascendidos.”
-John C. Lilly

Una de las razones más sustanciales que encontramos para mantener y no cuestionar las creencias que tenemos es que contamos con evidencia registrada en nuestra experiencia la cual sustenta aquello de lo que estamos seguros.

Por una parte ya mencioné previamente que eso se debe a que una creencia actúa como un filtro de nuestras percepciones y que nuestra mente intenta comprobar todo lo que creemos. Pero, por otro lado, hay cosas que hemos visto y experimentado que confirman lo que creemos. Es como el caso de gente que cree en sucesos considerados paranormales: fantasmas, apariciones, extraterrestres, … Usualmente estas personas cuentan alguna experiencia en que tuvieron contacto con alguna de estas entidades, lo cual, en cierta forma, hace que más que tener una creencia, tengan una experiencia que confirma lo que creen (si bien no la comparten con más personas).

Es así que ciertas experiencias que hemos tenido determinan lo que creemos. Esto se debe a que la mente humana, en un proceso básico y primitivo de sobrevivencia, se encarga de proyectar experiencias hacia el futuro basadas en lo que conoce para poder prever lo que sucederá y tener mayores oportunidades de sobrevivir. Esto se ve muy marcadamente en el efecto que las primeras impresiones tienen sobre nosotros.

Por ejemplo, si la primera vez que nos encontramos con un perro, éste nos mordió, supondremos (acertadamente, relativamente) que esto es algo que puede suceder con cada perro que encontremos en nuestra vida, y así desarrollaremos miedo y ansiedad ante el prospecto de enfrentar a un perro aunque sea completamente inofensivo. Así también generalizamos nuestras primeras experiencias con el sexo opuesto (por eso la importancia en el psicoanálisis de la relación del paciente con su padre o madre), con el aprendizaje de ciertas disciplinas, con determinados alimentos y otras sustancias, y bueno, con cualquier cosa.

Cabe aclarar que no necesariamente las primeras impresiones que hemos tenido con algo son lo que marca nuestro comportamiento, nuestros miedos y creencias, otras muchas veces son las experiencias más fuertes, profundas, o importantes que hemos tenido, o las que más hemos repetido o hemos encontrado más.

El verdadero problema de este proceso mental natural de previsión es que generaliza, excluye otros escenarios probables (en algunos casos, más probables incluso, pues esas experiencias especiales que dejamos que nos definan han sido particulares dentro de nuestra experiencia). Y así tememos que lo que vendrá sea muy semejante a lo que nos marcó.

 

La solución
Si tus creencias están cimentadas sobre la evidencia que te han dado determinadas experiencias, lo que corresponde es crear nueva evidencia que sustente que el mundo es diferente y más amplio, y que las cosas no son sólo como crees. Las creencias que tenemos suelen ser generalizaciones que excluyen muchas particularidades del espectro completo de experiencias posibles, así es que muchas otras cosas también son ciertas sin eso querer decir que lo que tú has vivido es falso.

Lo que necesitas es ampliar tu visión del mundo y la única forma de hacerlo es teniendo más experiencias, otras experiencias, experiencias nuevas y diferentes. Tienes que cambiar lo que sueles hacer para que puedas obtener nuevos resultados y tener más evidencia de cómo es el mundo en realidad más allá de lo que hay en tu cabeza.

Probablemente éste es el mejor método para cambiar tus creencias consistentemente y que, además, sirve para cambiar tus creencias y opiniones por una experiencia que es cada vez más amplia y que potencialmente te dará una visión más clara. Éste es el método a seguir:

  1. Define qué te interesa, qué te preocupa, qué tipo de experiencia que no has tenido quieres tener
  2. Decide tomar una acción diferente en dirección de lo que definiste en el número 1
  3. Toma acción
  4. Obtén nueva evidencia, cambia tu percepción y conocimiento del mundo

De hecho, éste debería ser un proceso constante en tu vida, puesto que si dejas de interesarte en la vida allá afuera y, esencialmente, en cambiar, poco a poco te estancarás y dejarás de crecer. Toda creencia que tienes es algo a ser trascendido, es algo temporal. Si tienes alguna creencia que no ha cambiado a través del tiempo, eso es un probable indicador de que el área a la que concierne es un área sobre la que debes trabajar.

¿Hay algún área en la que estés atorado?
¿Qué quieres cambiar en tu vida?
¿Qué acciones vas a tomar?

La realidad te volverá humilde, el mundo se te mostrará por sí mismo siempre más amplio de lo que supones, independientemente de tus opiniones. Sal y haz algo nuevo.

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