Taller de Máquinas de dibujar y movimiento. Capturando el viento

Al fin conseguí sacar a Pingüino de paseo para participar en un taller. Pingüino es un poco atrapado los fines de semana sobre todo cuando se trata de ir a Madrid y la mayoría de las veces no logro vencer a su pereza y no se viene conmigo. Además ahora, desde que se compró su PS4, tengo que compartir su amor con esa máquina negra de ojos azules que lo entretiene de una forma en la que yo nunca podría hacerlo. Tampoco es que quiera, porque con ella siempre hay muchas balas, sangre o coches de por medio. Y eso es too much para mi body.

La verdad es que a veces no me importa que le dedique tantas horas porque Pingüino es muy charlatán y hay días en los que a mí me gusta mucho disfrutar del silencio, sobre todo los domingos por la tarde, que siempre estoy un poco arisca y gruñosa y necesito entretenerme con libros, escribir o dibujar para que no me atrape la domingosis (no sé cómo la llamas tú). En esos momentos me viene estupendamente bien dejarlo en manos de su PS4 y no me quejo de nada.

El taller sobre las Strandbeest

De todas formas vamos a suponer que hoy no es domingo, que es sábado y que hemos quedado en la Fundación Telefónica para un taller molón (sí, el que se organizó a raíz de la exposición sobre las Strandbeest de Theo Jansen).

Vamos a suponer que a punto ha estado de no venir conmigo porque le han puesto una cena de empresa el mismo día que este taller sobre el que llevo insistiéndole desde octubre. En su vaguedad me ha llegado a decir que no le iba a dar tiempo a volver a casa y arreglarse para la cena y que le daba un poco de palo ir a un sitio donde no conocía a nadie (claro así seguro que no conoces a nadie, alma de cántaro).

Pero al final no ha podido negarse a venir a un espacio tan chulo como el que puedes ver aquí:

Los talentos dormidos

Yo sé que Pingüino sería un genio del estilo de Bill Gates o Steve Jobs si no fuera tan vago, por eso lo obligo  fuerzo amenazo para hacer cosas así, aunque intente escaquearse. Si no me crees te diré que ha instalado un sistema de sonido home cinema para mi proyector con altavoces antiguos y un subwoofer que iban a la basura y que todo el mundo daba por acabados y ahora el micro-salón es también una micro-sala de cine que lo-triunfa-todo. Además ha montado un servidor para, cuando está en la calle, poner a cargar películas o series para verlas luego. Bueno también para dar rienda suelta a su diógenes digital; en esto sí nos parecemos un poco.

Si hay algo que vuelve loco a Pingüino y que lo activa es la tecnología y, por eso, en cuanto vi el taller sabía que tenía que convencerlo para sacar a ese genio científico que sé que duerme la siesta en su interior. Le encanta la robótica y supuse que por ahí irían los tiros con este taller. Además tenía algo de dibujo y estructuras por lo que yo también me lo iba a pasar pipa.

Conferencia: Máquinas de dibujar y movimiento

A la conferencia fui yo sola porque sé que al señor esto del arte contemporáneo le aburre un poco y no lo entiende, y todo lo que sea teoría le dan ganas de bostezar. También porque empezaba a las 10 de la mañana y eso significaba levantarse temprano en fin de semana para poder estar a tiempo y eso ya es pedir mucho sacrificio.

Yago Torroja fue el encargado de la conferencia que presentó la obra de artistas que desarrollan arte generativo desde distintas perspectivas. Hizo un recorrido por la historia de las Máquinas de Dibujar, desde los automatons suizos de hace más de 150 años que escribían poemas de Mallarmé hasta las Máquinas de viento, mar y tiempo de Tim Knowles, como esta en la que coloca lápices en las hojas de los sauces y espera a que el viento y el tiempo dibujen.

También otras obras más interactivas que construyen espacios como esta de Karina Smigla-Bobinski en la que utiliza una esfera gigante de helio que encierra en una sala para que los visitantes interactúen con ella y con el movimiento dibujen en las paredes.

A mí esta instalación me parece muy interesante porque la obra se genera durante la exposición y el resultado es diferente en función del movimiento, los visitantes y el tiempo (ya que la esfera se va desinflando a medida que pasan los días).

O las Máquinas Autónomas de Echo Yang.

En esta en concreto genera un dibujos a partir del movimiento de giro de un walkman, añadiendo un alambre y un carboncillo en su extremo. Tiene un punto nostálgico que me encanta.

El resultado final que puedes ver en el vídeo es algo así:

Muchos de los ejemplos que presentó Yago en la conferencia me parecieron fascinante y sorprendentes; por eso los que te señalo arriba son sólo algunos de ellos, pero tomé fotos y muchas notas en mi cuaderno así que cuando tenga tiempo para investigar un poco más le dedicaré la entrada que se merece. Hoy prefiero contarte más sobre el taller.

Taller: Capturando el viento

En el taller de Máquinas de Dibujar y Movimiento + Capturando el Viento nos organizamos por distintos grupos. Pero antes de eso, y como dinámica para romper el hielo, tuvimos que dibujar al compañero que teníamos a la izquierda mientras que el que teníamos a nuestra derecha nos dibujaba a nosotros. Eso sí, ninguno podía mirar al papel para ver lo que estaba dibujando, por lo que había que dibujar a ciegas.

Luego cada uno tenía que enseñar su dibujo, presentarse y explicar a qué se dedicaba. Lo cierto es que éramos un grupo de personas bastante heterogéneo, desde profesores y antropólogos, pasando por físicos y programadores, a artistas e ingenieros. Había también varios arquitectos y aparejadores. Y bueno, yo que soy una mezcla entre humanidades y técnica y que me dedico a una cosa totalmente diferente, siempre tengo problemas para definirme.

Para guiarnos un poco Yago nos explicó qué tipo de máquinas podíamos hacer, y cómo enfocar el proceso según el tipo de máquina que eligiéramos. La primera parte del taller, de 11:15 a 14:15, sería darle vueltas a la idea de cómo queríamos que fuese nuestra máquina y pensar cómo íbamos a desarrollarla.

Luego agrupamos las mesas y establecimos diferentes estaciones de trabajo. Pingüino y yo y otras dos chicas, que acabaron desertando porque al principio no sabíamos bien qué íbamos a hacer, nos pusimos en un grupo. Primero empezamos pensando en el tipo de máquina que nos gustaría hacer, pero como estábamos un poco perdidos en cosas abstractas vimos que era mejor empezar a construir en función de los materiales que había en el taller. Primero cogimos unos coches teledirigidos, pero había un problema con el mando, así que cambiamos de idea: cogimos lana, unos palos de helado, varillas de madera, alambre, cinta y varios rotuladores. Y con eso empezamos a experimentar.

Me había encantado el proceso de Tim Knowles, y en la sala teníamos un ventilador, por lo que al principio pensamos en hacer una especie de móvil de viento, como los móviles de Calder, con rotuladores en los extremos. Hicimos una estructura con hilos que sujetaban la estructura de madera y luego un rotulador a cada lado.

Luego, como la idea no acababa de funcionar porque el movimiento era demasiado inestable y el dibujo poco definido, Pingüino pensó en añadir un motor a uno de los extremos. Esto hizo que el móvil girara y entonces cambiamos los rotuladores por carboncillos.

Y aquello empezó a parecer algo.

Más tarde añadimos otro motor. Reforzamos la estructura para que no se rompieran los hilos y voilá: ya teníamos máquina de dibujar.

La dejamos girar y girar, le hicimos un soporte para no tener que sujetarla con las manos y más o menos este fue el resultado final:

Lo que más me gustó del taller fue abordar el proceso creativo como un juego. Me gustó ver a todo el mundo en el suelo, con cajas llenas de objetos juntando unos con otros para experimentar, ver lo que salía. Y realmente salieron máquinas curiosas y muy diferentes unas de otras.

El taller tenía como hilo conductor y disparador la captura del viento, bien como elemento a representar, bien como fuerza motriz, o desde cualquier otro enfoque. Y al ser un taller de experimentación, lo importante no era tanto producir (dibujos o máquinas) sino abrir espacios de búsqueda e investigación.

Mónica Oliva (Doctora en Bellas Artes y Profesora en la facultad de dibujo y grabado) y Yago Torroja (Doctor Ingeniero Industrial y Profesor de tecnología electrónica) nos guiaron durante el taller, estuvieron atentos a todos los grupos y nos ayudaron a perfeccionar las máquinas de dibujar que estábamos desarrollando; lo cierto es que pasamos un sábado diferente, aprendimos mucho y jugamos más; personalmente me encantaría que en los espacios culturales y museos hicieran más talleres para adultos, para que también los mayores nos lo pasemos como niños.

Espacio Fundación Telefónica

Taller para adultos: Capturando el viento + Máquinas de dibujar y movimiento
Tuvo lugar el: Sábado 12 de diciembre de 2015
Conferencia Máquinas de dibujar y movimiento: de 10:00 a 11:00
Taller: diseñado por Mónica Oliva y Yago Torroja de 11:15 a 14:15 y de 15:30 a 19:30
Requisitos: Los participantes debíamos llevar un ordenador portátil
Precio: entrada gratuita

Más información en: Máquinas de Dibujar y Movimiento y en el Facebook Arte y Tecnología