Para entender el por qué hoy en día esta ciudad se ha convertido en una de las más importantes en lo referente a la industria textil, debemos remontarnos a la década de los 20 y precisamente a la parroquia de Andrade Marín que junto a Atuntaqui son las 2 parroquias urbanas del cantón Antonio Ante.
Esta identidad tiene como razón de ser un hecho histórico ocurrido el 6 de mayo de 1924, es aquí cuando inicia la pujanza al desarrollo comercial del cantón y la provincia, en ese día se produce la colocación y bendición de la primera piedra de la fábrica textil “Imbabura” hoy en día considerada “Patrimonio cultural de la nación”.
La fábrica Imbabura ubicada en la parroquia urbana de Andrade Marín, en un sector estratégico del Cantón Antonio Ante, Provincia de Imbabura, pues se la construyo junto a la estación de ferrocarril, hecho que ayudó en primer lugar, a la fácil transportación de la maquinaria procedente de Alemania e Inglaterra, traída vía marítima hasta el puerto de Guayaquil, para luego ser transportada vía férrea hasta la parroquia Imbabureña en pequeñas piezas que poco a poco daban forma a las colosales maquinarias traídas desde el otro extremo del Atlántico y en segundo lugar para una fácil transportación de sus productos los cuales eran diversos como hilos, telas, cardas, etc., los cuales se convirtieron en los más cotizados a nivel de Ecuador y del sur de Colombia y todo esto con la ayuda de la “Gran Obra de Alfaro” el “Ferrocarril Ecuatoriano”.
Este hecho trajo consigo un desarrollo comercial a gran escala, convirtiéndose desde el año 1926, año en que abre sus puertas para la elaboración de hilos y telas de algodón, en el soporte económico del sector, pues, en ella trabajaban gran cantidad de empleados de las parroquias de Atuntaqui, Andrade Marín, San Roque, Natabuela, Chaltura y de los cantones de Otavalo y Cotacachi; además se debe mencionar que la prosperidad textilera del sector trajo consigo otros tipos de desarrollo económico en pequeñas fábricas familiares, sobre todo en la parroquia Marinense, es así que se empieza con la elaboración de refrescos (colas) de sabores embotellados, caramelos en envolturas plásticas, jabones para el lavado de ropa, también se debe mencionar que el espacio de ingreso a la fábrica se convirtió en el mercado popular los días sábados al mediodía y luego en la tarde de los viernes a raíz de la disposición de trabajar 40 horas a la semana, día que los trabajadores realizaban su cobro semanal, la fábrica Imbabura además construyó un sin número de inmuebles los mismos que se destinaban a las familias de los gerentes y técnicos para su convivencia, casas que hoy en día no existen; la fábrica fue la base primordial para el desarrollo de este cantón y por que no decirlo de la provincia y quizá de una buena parte del país; contaba con bosques que hasta hoy se conservan aunque en mal estado, vertiente de agua pues se construyo un vía ducto especial desde una fuente de agua ubicada en el misma parroquia denominada “el ojo”, para que no faltara el preciado líquido, utilizado de manera cotidiana sobre todo para el sector de la tintorería; desarrollo que tubo un trágico fin a mediados de la década de los 60, pues los trabajadores de la misma agobiados por el no pago de sus haberes deciden asesinar al Técnico de la fábrica, hecho que termina con la detención de muchos de los trabajadores y una impresionante reducción de la producción la misma que se siguió manteniendo hasta la década de los 80 pero en un 10% de su capacidad operativa. A partir de entonces la fábrica cierra sus puertas.
Es así que los Anteños por historia y tradición somos textileros y es así como empieza a surgir esta labor en el terruño atuntaqueño, quizá el destino destruyó una de las más magnas obras de la década de los 20 de nuestro país, pero enraizó su trabajo en estos hijos de Cacha, los mismos que tuvieron solo que esperar una década para darse cuenta de su potencial y empezar a explotarla. Hoy en día la industria textil se alza grande en Atuntaqui y Andrade Marín pero la primera es la que mas glorias se la lleva, pues, se ha convertido en una ciudad vitrina en la cual se exponen su trabajo para los turistas nacionales y extranjeros y sus textiles son hoy por hoy muy cotizados a nivel nacional e Internacional.