“Now it's over.” Lo repetían los altavoces una y otra vez, en una voz ronca, mientras se dejaba acompañar por la canción buscando entre las circunvoluciones de su corteza cerebral cómo continuar.Una voz gangosa susurra una canción. Allá a lo lejos se oye el ruido del resto de la casa, como apagado por la música. Golpeo rítmico de teclas, textos que van naciendo. Sensaciones que se encuentran, se ven, se visitan, te visitan.
Están siendo días creativos. Por más que alguno lo deje por cansancio al siguiente remonto, me elevo, camino con más ganas y fuerzas. Nacen mil, dos mil palabras, las que surjan. Y así voy trazando mi propio CampNaNo, uno al que me he decidido apuntar por empujar páginas, por hacer que vayan corriendo bajo mis dedos. Para ponerme al día con un reto al que quiero dedicarle más tiempo y ganas a partir de ahora.
No me dedico en exclusiva a un texto. Voy haciendo un poco de "trampas", voy intentando hacer lo que me apetece y dejarme llevar por mis letras porque, sencillamente, no me quiero limitar. No me sobran los minutos como para intentarlo siquiera, prefiero aprovecharlos haciendo lo que me apetezca. Funciona de momento, y supongo que a la larga. El número alcanzado va creciendo, el contenido también. Incluso puede surgir algo más espontáneo por ahí, como ha sido hoy el caso.
[pincha en la imagen para leer La bruja que me robó el teclado]
Y siguen creciendo. Y sigo creciendo. Y noto que estoy cómoda así, creando, escribiendo. Aunque actualice aquí con menos frecuencia que antes. Cuando haya algo que contar, ni más ni menos. Hasta entonces, pues nos vamos leyendo y comentando.
