Creo que esta es la primera vez que hago un balance de lo que ha significado, literariamente hablando, el año que se acaba para mí. Tengo la costumbre de hacer un repaso en mi blog personal sobre más temas, cosas importantes para mí que me han ido ocurriendo a lo largo de ese tiempo, pero no me he centrado hasta ahora en ver qué hice y qué no durante trescientos sesenta y cinco días. Y debería haberlo hecho antes, la verdad.
Este año estoy muy contenta. Terminé a principios de año el borrador de una historia que llevo mucho tiempo intentando escribir y que ahora me tiene entretenida con su corrección-reescritura (por la mitad del texto que voy, aproximadamente).
He tenido varias ideas interesantes y he avanzado alguna que tenía por ahí ya de antes, por lo que he estado muy entretenida y sé que darán mucho juego este dos mil catorce.
He escrito muchos textos cortos y algunos vieron la luz en diferentes medios, como revistas digitales (Tostadas con mantequilla y sal, Mirai Webzine) como en páginas de internet (Instan-tés).
Además, el poema que escribí para un concurso literario, Su memoria perdura, lo publiqué en Wattpad y, a pesar de no haberle hecho demasiada publicidad, está siendo bastante leído y he recibido comentarios muy positivos sobre él.
El reto 365 está siendo un éxito para mí porque aunque aún me queden días para acabarlo, sé que lo lograré y esa es otra de mis grandes metas de este año que se acaba. Me ha ayudado a hacer una rutina y ha supuesto un empujón impresionante en eso de sentarme y hacer que cunda la escritura.
He participado en las dos ediciones del CampNaNo y, aunque no he conseguido llegar a las metas que me propuse, me han servido para darle empujones importantes a diversas historias, entre ellas la que estoy corrigiendo ahora.
Por último, y no menos importante, mi espinita clavada desde hace tres años, el NaNoWriMo, ha sido un éxito este año. Por fin he podido terminar el reto este dos mil trece y me ha sorprendido lo fácil que ha sido para mí. Creo que parte de esto ha sido gracias al reto 365, que ha sido el que me ha dado la sana costumbre de sentarme a diario. Ahora veo los retos literarios con otros ojos, más asequibles.
Espero que el próximo dos mil catorce sea parecido a este año en cuanto a creatividad.
¿Y vuestro año qué tal fue?
