Esta segunda semana está siendo el colmo de lo heterogéneo. Lo mismo no escribo un día y lo mismo al siguiente me marco más de dos mil doscientas palabras. Además, no quiero quedarme solo en lo que escribo y, como han habido más asuntos interesantes, paso a compartir mi semana por aquí.
Lunes 09. Además de compartir por aquí el balance de la primera semana (léelo aquí) ese día fue el seleccionado por Rafa Sastre, compañero de Valencia Escribe, y su editorial para presentar de forma conjunta su primer libro de relatos, Jazzesinato (publicado en abril de 2015) y su segundo libro, también de relatos, Sueños y desatinos (publicado en octubre de 2015). La crónica completa de la presentación la podéis leer en este post del blog de la editorial, me limitaré a compartir aquí un par de fotos del evento, bastante ameno, por cierto.
[Las dos obras de Rafa: Sueños y desatinos y Jazzesinato.]
[El autor hablando en un momento de la presentación.]
Aproveché para comentarle a Rafa, y ya que estamos os lo comento a vosotros, que estaré en el próximo recital de poesía y haikus organizado por Valencia Escribe en el Kaf Café. No pude confirmarlo antes porque no sabía para cuándo sería la OPE del SAS, pero ya que sé fechas y no me coincide con esto (ni podré ir, demasiado cerca del EIR) me toca trabajar en material para recitar ese día. En resumen, por todo lo anterior, si alguien os dice con todo el amor del mundo que os preparéis oposiciones haced caso a Gandalf y corred, insensatos, corred. Eso y que hay recital en el horizonte.
[El cartel me parece precioso, por cierto.]
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Por cierto, el NaNo, que de lo que se supone que vine a hablar en esta entrada, ese día brilló por su ausencia. No hubo manera de escribir ni una coma en condiciones.
Martes 10. Bloqueo del escritor, junto con la crisis de la segunda semana (esa de la que hablé ya antes de empezar el reto por aquí) han aparecido con fuerzas estos dos días y me han dejado mirando el contador de palabras impotente. Menos mal que tenía ahí un colchón de palabras, eso me ha librado de tener una mayor sensación de agobio, solo las ganas de escribir y no saber cómo afrontar el texto. No sé qué es lo que me falla, pero hay algo que me está haciendo ver todo lo que llevo escrito como "debería reescribirlo de nuevo". Menos mal que este año no son falta de ganas de escribir, es más fácil de sobrellevar así.
Miércoles 11. Al final, después de pasar parte del martes garabateando tonterías en el cuaderno y con la inestimable ayuda de una sesión de biblioteca llena de notas mientras estudiaba, he conseguido salir algo del atasco. Dos mil doscientas palabras después me he dado cuenta que si mi texto ya era NaNoRebel de por sí (Dx: Síntomas no es ficción) ahora lo es más. Estoy llenando el documento de Scrivener de anexos con correcciones que se me ocurren sobre la marcha, añadidos y demás.
Del proyecto ordenado y bien estructurado que tenía en mi guión ha pasado al puro caos, pero en fin. Lo voy escribiendo según va saliendo y ya lo corregiré más adelante, con calma, ya que tocaría cambiar estructuras y el orden de algunos capítulos, incluso. Sobre si verá la luz o no me lo pensaré mucho, la verdad, pero creo que por el momento en el disco duro de mi ordenador está perfecto y no le veo demasiado futuro. Necesitaría un retoque demasiado profundo para que sea digno de publicación.
También me han servido esas notas para volver a publicar en las Cerezas, que hacía demasiado que no subía nada nuevo ahí. Siento que me quedé corta con el texto, que hay mucho dentro y no salió todo. Es de esos momentos en que me digo que llevo demasiadas cosas adelante... Hasta que viene mi neurona y me da nuevas ideas para enredarme con algo diferente más adelante.
Lo que dan de sí la biblioteca, los apuntes y tener el cuaderno al lado abierta para anotar lo que surja.
Jueves 12. Me he puesto a escribir por la mañana en vez de al mediodía, como suele ser mi costumbre, y ha cundido tanto que he vuelto a poner un colchón de palabras por medio. Este NaNo está siendo inexplicable por eso, porque cuando me pongo sale una buena suma de palabras y no me cuesta llegar a la meta, pero por otra parte arrancar me está suponiendo el mayor reto.
Los pinchazos de esta semana, junto con las dudas que arrastraba, hicieron algo de mella en mí, me he planteado muchas cosas de cara al NaNo. No tanto sobre el texto que tengo entre manos, que también y ya le he dedicado suficiente espacio a ello, sino sobre qué haré si llega el momento en que me quedo con el texto terminado (o todo lo finalizado que se pueda, correcciones futuras aparte) y aún me quedan días para el 30, ganas de escribir y palabras para conseguir las cincuenta mil. La única conclusión a la que he llegado es que, ya que sigo con mi reto 250 de escritura diaria y tengo este empuje, seguiré escribiendo. No sé si planificando historias, corrigiendo poemas para el recital que nombro más arriba o continuando otros proyectos que tengo entre manos y me interesan más, como Páginas de Metáforas, pero seguiré dándole a las letras. ¿Cuántas palabras podré escribir entonces?
Viernes 13. No fue el mejor de los días en cuanto a estudio, pero no iba mal con el texto, ha ido saliendo poco a poco. Además, de prisa y corriendo había sacado un par de ideas interesantes y un boceto de algo que, cuando lo trabaje en condiciones, va a ser interesante.
Poco a poco fui, pues, rellenando el marcador, pero todo se torció cuando entré a Twitter a echar un vistazo esa noche, en plena sesión. Se me congeló todo con las noticias de París. No hubo lugar ni tiempo ni ganas ni fuerzas para nada más, solo leer y acabar desconectando al final cansada y agotada de esas imágenes y vídeos.
Menos mal que estás a salvo, ma chère Princesse.
Sábado 14. Una quedada más hemos compartido la mañana en Rivendel el grupo del NaNo en Valencia. Se me habían quedado demasiadas cosas pendientes la noche antes, con las noticias, así que la sesión ha cundido mucho más de lo esperado. Tanto es así que al final he sobrepasado la mitad del reto: veintiséis mil palabras suben ya al marcador y, con ello, mi ansiado colchón siguen creciendo.
Mala noticia de esto: el proyecto que se supone que estoy haciendo este mes está prácticamente terminado. Como mucho, añadirle algún detalle o algún punto interesante que se me ocurra y no haya incluido, pero vamos, ya está hecho. No se puede prolongar más en cuanto a añadirle nuevas estructuras porque creo que he explotado al máximo el tema. Estoy bastante contenta con el resultado, a pesar de tantas dudas creo que no ha sido mal proyecto y ha quedado un texto interesante. Precisa, por supuesto, mil correcciones aún, pero a su debido momento, más adelante.
Buena noticia de esto: no voy a dejar el NaNo justo ahora, aunque haya terminado con el proyecto que se suponía que iba a escribir estos días. De todas formas tengo un reto de escritura diaria, así que me da igual, voy a seguir creando y subiré el progreso a la web.
Por cierto, que hoy ha caído el tercer NaNoThought de esta edición.
Domingo 15. Mitad del mes, mitad del NaNo y más de veintiocho mil quinientas que han caído ya. Tecleo el final de esta entrada para que se suba mañana por la mañana a primera hora, así evito la distracción segura que supondría escribir todo esto antes de estudiar. O después, si la excusa es no tocar los apuntes, se dice y punto.
Me he quedado, en resumen, con la sensación de que ha sido una semana muy intensa, que han pasado mil cosas a una velocidad de vértigo. He acabado mi proyecto y aún no me lo creo, Dx: Síntomas ya existe como algo terminado, inmaduro, un primer borrador, pero ahí está, completado con mil anexos de futuras correcciones y cosas a añadir que cuelgan de él.
Hoy ha sido día de escritura de desintoxicación, como yo la llamo, un poco de escritura automática en un ahoja en blanco para soltar lastre sobre lo que me queda por añadir a este texto.
Y ahora qué, a falta de aún quince días y tantas palabras. Por lo pronto tengo claro que, aunque no es el mejor momento para meterme de cabeza en algo nuevo, voy a tantear un par de historias de las que guardo bajo llave en el tintero, por si se animan y consigo hacer algún guión de ellas. Tengo pendiente la corrección de un par de cosas que me urgen, supongo que también puedo aprovechar el NaNo que queda para eso.
Así, pues, queda dividido este noviembre de 2015 en dos partes, ya de forma oficial: la primera, la creativa y más pura, de escritura de la idea que tenía en mente; y la segunda mitad de continuación del reto 250, según vaya surgiendo, pero un rato a diario.
¿Cómo lleváis vosotros el NaNo? ¿Os ha tocado ya la crisis de los quince días? ¿Cómo la habéis afrontado? Contadme en los comentarios.