Revista Diario

Clarissa (Stefan Zweig).

Publicado el 30 enero 2022 por Elcopoylarueca

CLARISSA

«Hay que superar al tiempo sobreviviendo a él.»

Clarissa (Stefan Zweig).

Amores y decepciones; dudas y decisiones; hijos no deseados y luego amados; injusticias y rebeldías, sacrificios personales, idealismos y honor… Clarissa, la novela inacabada de Stefan Zweig, trata de la historia del hombre corriente y de la Historia que lo arrastra como barco de papel en ríos traicioneros.

¿Qué argumento más universal puede darnos una visión del sufrimiento humano que aquel que evidencia el debate entre la razón y la sinrazón? Clarissa es rubí atravesado por los rayos del sol. Clarissa no es sólo una novela de ficción condenada a existir sin el beneplácito explícito de su creador. Clarissa es, también, custodia de confesiones, ideas y reflexiones de Stefan Zweig. Es testimonio del carácter visionario y del sufrimiento que padeció el escritor austríaco que huyó del nacionalsocialismo para terminar quitándose la vida, junto a su esposa Lotte, en su casa alquilada de Petrópolis: «Europa se ha suicidado», solía decir a sus amigos de Brasil.

Inquietud, dolor, compasión, ausencias, compromisos, pasiones… Los personajes ficticios de Stefan Zweig son complejos, intensos, hondos. No hay ninguno que escape al psicoanálisis que les practica su autor, quien fue amigo y admirador de las tesis de Sigmund Freud (1856-1939) —los personajes de Zweig tienen, parafraseando al psiquiatra, «pensamiento pensante» y Clarissa, novela considerada su testamento literario, no podía ser menos.

Pero si el humanista que fue Stefan Zweig cinceló en su prosa, nacida en tiempos difíciles, una abertura para que entrara el optimismo, esto no sucede con Clarissa. Las circunstancias sociales y políticas eran tan graves y habían calado tanto el ánimo del escritor que este, cegado por la tragedia, no pudo auxiliar a su protagonista. Esta vez no hay ayuda que venga de fuera, esta vez el único apoyo de la heroína es ella misma. Es la joven Clarissa quien custodia los valores universales que defendió Zweig.

La manera en la que Stefan Zweig teje la trama, la manera en la que hace coincidir ficción y realidad, es ejemplo de por qué encabeza la lista de los grandes escritores de su siglo.

En Clarissa, la Gran Guerra es presentada a través de una mujer discreta, responsable y metódica —«… pasa desapercibida, quizás ni siquiera se percibe a sí misma»— que sufre cómo el autor, al poco de iniciar su novela, hace caer sobre ella el castillo de naipes en el que se creía segura.

Clarissa es una muchacha huérfana de madre, criada en un internado de señoritas, con un padre militar de alto rango bastante intolerante, que se enamora de un enemigo (un francés) al que le parirá un hijo sin que este lo sepa, pues el romance es interrumpido por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Clarissa tiene que enfrentarse no sólo a la situación trágica de su nación, sino también a las estrictas  reglas sociales.

Clarissa trata el tema del aborto y el de la maternidad. Expone las consecuencias traumáticas que surgen de la intervención de un embarazo deseado personalmente, pero que es considerado un deshonor. Y trata sobre los matrimonios de conveniencia; es decir, sobre el amor sin perspectivas.

Pero…, ¿de qué más nos habla Stefan Zweig en Clarissa?

—Del sentido del deber.

—De la perseverancia.

—Del psicoanálisis —«… el sueño se parece a la muerte».

—De cómo la monotonía y la uniformidad castran al ser humano.

—De la incomunicación que surge entre personas que desean entenderse.

—De cómo los hábitos anulan el pensamiento —«… cuando uno abandona sus costumbres, se encuentra a sí mismo».

—Del dolor de la soledad acompañada.

—De cómo debilita el falso optimismo —«todo depende de cómo y desde dónde se contemple».

—Del papel fundamental que tiene la mujer en la sociedad, de la necesidad de su expansión profesional.

—De lo importante que es que nos impliquemos en lo que hacemos.

—Del derrumbe del Imperio austrohúngaro.

—De la Gran Guerra —«…los locos de ahora no son sólo unos cuantos, sino todos».

—De los nacionalismos y del concepto de patria —«El nacionalismo lo corrompe todo. Es el mal que coloca una única patria por encima de todos los demás».

Nos habla de estos asuntos y de otros muchos más que descubrirás leyendo esta novela rica y compleja —compleja no por su estructura narrativa, ni por su estilo. El que ha leído a Zweig conoce la claridad, la elegancia y el dinamismo de su escritura; quien lo ha leído sabe cómo nos embauca con su prosa teatral y conmovedora. Zweig se declaró alérgico a los personajes forzados y a las tramas ampulosas.

Clarissa es compleja por su fondo, pues es un estudio de la psiquis humana en tiempos convulsos, un texto donde no sólo, como he dicho arriba, la trama la tejen los personajes de ficción, sino que también en ella enreda el Yo del autor.

Stefan Zweig afirma que si el hombre se volvió fiera de su propia especie fue porque así lo quiso, porque lo consintió. Afirma que es nuestro deber impedir que la sinrazón secuestre nuestras vidas. 

En Clarissa, Stefan Zweig nos dice por última vez que la historias individuales y corrientes son las que añaden capítulos a la humanidad. Escribió en unos de los capítulos:

«Hay una cosa que nadie da, es lo esencial: su libertad. Porque no hay libertad humana sin responsabilidad.»

Clarissa (Stefan Zweig).

Clarissa (Stefan Zweig).

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