Crónica cuarta (NaNo 2013)

¡Muy buenas, gorriones! Antes de nada, quiero disculparme porque llevo unos días que no actualizo mis contadores de palabras en las redes sociales, a pesar de que en este mes no he dejado de escribir ni un solo día. Pero es que llevo unos días muy liada con los estudios (más información por aquí), así que demasiado bien ando, que sigo avanzando el NaNo a pesar de mi nerviosismo evidente. Está siendo muy terapéutico, dicho sea de paso, esto de darle a las teclas como si no hubiera mañana me está sirviendo de desahogo y consigo desestresarme bastante después de una buena sesión de estudio. No hay nada mejor, vaya.
La verdad es que estoy teniendo este mes tal ritmo de tecleo que tengo una media de casi mil novecientas palabras diarias. No es de extrañar, por tanto, que cuando miro la página de estadísticas de mi perfil en el NaNo me diga que si sigo así acabaré el reto antes del treinta de noviembre. Normal, si voy ya por la meta del día veinticuatro, es decir, las cuarenta mil palabras.
Estoy solo a diez mil de acabar esto y se ha convertido en una gran noticia para mí. Es la primera vez que voy a acabar noviembre con las cincuenta mil. No quepo en mí de felicidad.
Por el momento, les dejo. No olviden leer el último relato que salió hace unos días, entre palabras y contadores. Espero que lo disfruten.
[pincha en la imagen para leer La máquina de escribir.]
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