Frase de una canción de Laura Pausini. (Son amores).
Al oír esta canción, pensé mucho en la realidad en la que vivimos…
¿Cuántas canciones existen con versos irónicos y verdades ocultas?
La verdad, es fría y repentina…la mentira es cálida, y vivimos tan acostumbrados a ella, tan estupefactos, sumergidos en un mar de supuestos de vivencias, palabras, decisiones…y hasta sentimientos invisibles.Es más fácil creer en lo que “creemos” que creer en lo que sabemos. Nuestras vidas se convierten en la estrofa perfecta de una poesía barata, llena de palabras que llenan nuestro ego y regocijan nuestra alma mientras existen palabras que se escriben solas en un libro que queda escondido en nuestra mente.
Ganar, en éste juego de mentir…es perderse en un juego de palabras, llenas de rimas; Frases ideales, estupideces hipócritas. Mientras que perder, significa ganar dolor en una calle llena de frases incompletas, llena de ironías confusas.
En la vida, los sueños pasan de ser “realidad de ensueño” a ser simplemente sueños, porque la realidad, no es lo que soñamos más bien, nuestra realidad se vuelve un sueño, en la que mientras tengamos los ojos cerrados, seguirá existiendo…al igual que nuestras expectativas de la vida misma. Pensar que una pesadilla es más auténtica que la realidad, no significa ser fatalista, significa saber entender que las palabras dicen más que el silencio mismo, es decir, no solo “el silencio dice más que mil palabras” sino también de forma viceversa…La verdad se presenta de manera espontánea, en palabras que muchas veces no queremos escuchar, a cambio de un silencio y una sonrisa hipócrita, un beso impulsivo y un abrazo de compromiso. De igual forma, existen millones de palabras absurdas, sarcásticas y estúpidas, que envuelven la verdad más grande.
Ser hipócrita, es más que un cliché vendido por escenas idealistas de novelas baratas. Huir es una acción cobarde, al igual que vender una mentira como verdad absoluta envuelta en un discurso patético de hipótesis que JAMÁS serán una realidad palpable.