Revista Diario

De historias antiguas

Publicado el 08 mayo 2013 por Isi Lpp
En relación con el post anterior, donde comentaba los papeles que tenía que ordenar, todos ellos acumulados sobre la mesa, vengo a traer alguna que otra entrada más. El por qué es sencillo: he estado revisando mi archivador de proyectos-páginas de (me gusta el nuevo nombre, por cierto, me gusta mucho) y me he encontrado con cosas viejas que merecen su minuto de gloria, aunque sea efímero.
Me he reencontrado, por ejemplo, con mi primera historia terminada, allá por 2008, y me han dado ganas de quemarla y hacerla desaparecer de la faz de la tierra para siempre. En serio que es perra y mala con ganas, pero la conservo por ser la primera, por haberlo hecho. 
Por aquella época estaba bien orgullosa de ella. Era la primera vez que hacía algo “largo”, pues hasta entonces solo tenía poemas y relatos. Recuerdo que ya al poco tiempo dejó de convencerme el resultado, por cutre, pero al menos me ayudó. Fue el trampolín que me impulsó a empezar otras futuras historias, a tener ideas, a comenzar a plantearlas como historias.
Lo poco que salvaría de ella es el comienzo, las primeras líneas, y porque recuerdo que las saqué de una redacción de esas que nos mandaban en lengua, en la ESO, cuando me di cuenta que eso de escribir era algo que llevo muy dentro. Puro valor sentimental es lo que me hace conservarla, pues.
Aparte de eso, he encontrado otra historia que terminé hace ya tiempo y que fui escribiendo para un reto por partes de un foro. Alternaba cada capítulo el narrador, según me interesara un punto de vista u otro y, en general, no estaba mal. Muchísimo mejor que la otra, dónde va a parar. No es perfecta, pero al menos se deja leer y no tiene tantísimos fallos como la otra. Además, tiene frases que me enamoran mucho aún hoy, tres años después de haberla escrito.
Falta, entre esos papeles de viejas historias ya escritas, dos.
Una de ellas también es de hace tres años, un relato más que una historia, algo que no saqué en papel y conservé en el ordenador. Algo que estoy puliendo y retocando poco a poco (aquí la señora, en silencio, es como avanza). Quizás vea la luz en un futuro no demasiado lejano. Cuando eso ocurra ya os avisaré.
La segunda es una que jamás llegué a terminar y que ya solo por eso es mejor. Fue mi segundo intento de novela, seguido de la primera que nombré aquí. Fue un fracaso estrepitoso, muy inmadura y con falta de chicha. Pero fue la historia que me hizo replantearme todo lo que había hecho hasta entonces y, gracias a abandonarla, fue cuando empecé con mi primer proyecto serio, proyecto*ilusión.
Todo sigue una trayectoria. Los comienzos no son fáciles, ni la primera historia que escribes es una obra de arte. Es aprendizaje, toda tu vida lo será. Y me alegro de haber empezado así: al menos sé que con el tiempo voy mejorando, es algo que me hace sentirme satisfecha con mi trabajo.
“¿Cuándo la conocí? ¿Cómo? A veces me lo pregunto, sobre todo cuando pienso en ella, cuando recuerdo su mirada tan limpia como el cielo despejado de una mañana de verano...” Historia de una muñeca. 2010.
Suena: Calling the rain - Eluveitie

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