Revista Literatura
Por: Oswaldo Bernal
ACTO 1: Te levantas todos los días y buscas con ansias la pantalla de tu móvil (celular), calmas la alarma que te acaba de despertar. Accedes a tus aplicaciones, bebes de las actualizaciones, los nuevos estados, los likes, las fotografías y comentarios que otros han publicado en tu red social, inhalas adictivamente las noticias, el chiste, el chisme, lo superfluo, lo alarmante, lo indignante pero digno de ser compartido. Consumes y te consumes.
ACTO 2: Es tu tiempo, es tu hora de alimentar la voracidad de los consumidores, es hora de publicar qué piensas, qué sientes, dónde estas, para dónde vas, es hora de dejar el anonimato y alimentar a tus fans, a tus seguidores, a tus fervientes lectores que (según tú) esperan y comentan gozosos el ingenio matutino, la oración a tu Dios y al Universo por la bendición de la vida, la salud, el trabajo, el amor, la familia, la pareja, la libertad, el divorcio, la soltería... cualquier idiotez que quieras exaltar hoy al grado de divinidad, es momento del aporte a la inteligencia colectiva que transita por tu red de contactos, una frase, un meme, una iluminación de un sabio que no conoces ni has leído, es hora de aparecer. Es hora de informar a todos lo que desayunas con una fotografía espectacular de tu "breakfast american style". No olvides tu foto en el Gym modelando la ropa y las marcas adecuadas, tus grandes logros en reducir centímetros, o tonificar el ego, es momento de exaltar la auto superación con un saludo a todos y una frase sobre el éxito o cómo superar la envidia, no sin antes ir al baño para la selfie frente al espejo de tu baño, el escenario perfecto para estereotiparte haciendo lo que todos haces, siempre dejando ver más... casualmente sexual, accidentalmente sexy, sensualmente torpe... detrás de ti un sanitario que ocultas, unos brazos tonificados, labios estirados besando el aire...y con el perfecto simbolo de victoria en tu mano, como si después de mucho intentanrlo, de más de 10 selfies por fin pudieras "ganar" la errática carrera de publicar la mejor selfie...
Te dices mentalmente: Sí, lo logré. ¡Victoria! ✌✌✌
ACTO 3: Un reporte tras otro a lo largo del día sobre tus metas cumplidas, de tu arduo trabajo, de cómo superar la adversidad con pura actitud y confianza en Dios, el Universo o tu trabajo mular que por fin es premiado. Ojalá haya una reunión, una presentación, una oportunidad para mostrar que haces algo más que escribir reportes en tu computador portátil.
ACTO 4: Termina el día con la síntesis de tus exitos, de tus viajes, de tu café, de tu cerveza, de tu imagenes sonriendo, tus compañeros de oficina, tu pareja.
ACTO 5: No te irás a dormir, sino hasta cuando la pantalla se apague y hayas revisado todos los perfiles, compartido todas las fotos, comentado todos los estados, felicitado a todos los cumpleañeros, hecho los mil y un test sobre tu signo zodiacal, tu rostro, tu cultura general...
Al fin el cansancio gana y tu ego va a dormir para mañana reiniciar con tu rutina EGOINÓMANA.
ACTO FINAL.
Cuando cierra los ojos la realidad le sobreviene, las deudas lo atormentan, la muerte lo saluda, la enfermedad lo acompaña, esa soledad que se extiende como bandera duele hasta las huesos, no basta nada de lo logrado porque lo logrado no importa, no significa, es todo ficción.
Cada frase sobre otros es una frase sobre sí mismo, cada fotografia a un objeto es la imposibilidad de reflejarse a sí mismo, cada fotografia con otros, no es por otros es por lo que se supone debes ser y sentir, hacer, lograr y vivir.
Es el momento del simulacro, no hay cabida para el dolor, la enfermedad, la muerte... no hay lugar para la vida real, con tristezas, fracasos y decepciones hay que ser y vivir la simulación en la que los likes reemplazan abrazos, donde los comentarios reemplazan conversaciones, donde los amigos se cambian por seguidores y contactos, donde dejas de ser tu para ser el show para otros que están en tu cabeza.
Bienvenidos al circo virtual de la soledad y el engaño.
Es hora de que te dejes DES - APARECER