Tú. ¿Antes? Nada. Antes nada.
Antes de tu pelo, de tus ojos o tus besos.
Ser feliz roba las ganas de escribir mentiras. Y las verdades se respiran mejor escritas en la espalda.
Tú. ¿Ahora? Nadie. Ahora como nadie.
Ahora la soledad, el insomnio o la duda.
A solas se denigra a cuerpos separados. La duda es si soledad es solo hacer cola sin salir de la fila.
Tú. ¿Aquí? Nunca. Aquí nunca habías estado.
Aquí los rumores, las ideas o los planes.
Los planes de amar no se parecían a la realidad. Eran rumores, publicidad y chismes.
Tú. ¿Así? No. Así no, nunca nadie había sido nada.
Nunca nadie nada así.
Tú, América nadando a solas. Pretendiendo descubrirla por error. La mayor locura desde mil cuatrocientos noventa y dos.
Tú, el continente perdido que siempre estuvo aquí, conmigo, desde siempre. Y yo buscando el Dorado, encontrando América por casualidad.
Tú, desde el principio. Justo ahora, yo. Justamente tú. La mayor locura…
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