Revista Diario

Expectativas vs. Realidad, y esas mariconadas.

Publicado el 12 junio 2015 por Ludalotto

Anastasia and Demitri. I know they're not Disney, but I absolutely love this movie.
Seguramente debe ser por las hormonas, o por estar cerca de esa semana del mes… quizás es porque hace cinco años que no beso a nadie, qué se yo, pero resulta que estoy muy maricona.
Desde chiquita vi películas de Disney, esas donde la princesa era rescatada y vivían felices por siempre, con millones de vestidos y un príncipe hermoso. Ya cerca de los doce, me enfrenté con la triste realidad de que a los chicos no les gustan las chicas como yo, y que a las gorditas pizpiretas, las ven como buenas amigas, con las cuales pueden hablar de absolutamente todo, excepto de un felices por siempre.
Llegando a los quince, soy una ilusa llena de desvaríos, que está tan “enamorada” como cualquiera de la edad. Y seamos honestos, yo lo llamaría calentura…y sip. De ese coqueto de ojos marrones que ahora llamo mejor amigo. (Porque luego de esos besos fallidos sin arreglo y una relación un tanto incómoda, todo termina y lo mejor es superarlo).
Llegas a los 17, estás en el último año de la secundaria, pleno Bariloche, tragos y boliches, luces estrambóticas que te dejan ciega, y te das cuenta de que no perteneces a ese mundo. Intentas pretender para las cámaras, pero resulta que en lo único que pensás, es en volver al hotel para leer fanfiction desde tu celular.

Mis bebitos hermosos.

A los 19 ni te gastás en pensar en alguien. Caíste dentro del mundo perteneciente a las fandoms, series y pochoclos. Rutina de los sábados donde ni siquiera te cambias el piyama y tenés expectativas altísimas en los hombres, las cuales son imposibles de encontrar en la vida real.
¿Alguna vez sintieron que tocaron fondo? Esperas que pase algo “emocionante” en tu vida, tenés el complejo de Augustus Waters (culpo a John Green, ¿Quién no quiere vivir una vida extraordinaria?), queriendo dejar una marca en el mundo, ser recordada, viajar por millones de lugares con tus amigos, blablablá, y resulta que esos sueños del príncipe azul los dejaste atrás hace años, porque ahora sos un intento de mujer independiente, a la cual le molestan pequeñas idioteces y está harta de que los hombres piensen con…la pija. Amigo, que seas feliz con la supermodelo de piernas larguísimas que sólo sirve para el sexo oral.
¿Y por qué les contaba que estoy maricona? Bueno porque no sé qué hacer con mi vida, estoy en una crisis existencial con tan sólo 19 inviernos en este mundo.
Estoy maricona porque me embobo con películas románticas y lloro con micro relatos sobre el amor. Y es que por más independiente y testaruda que sea, y por más que esté resignada a ser ese tipo de “viejas” del cual  Jane Austen hablaba en sus novelas (Qué escándalo! A los 21 y sin una propuesta de matrimonio! Solterona!), a veces me entran esas ganas de, no un príncipe, sino un simple guapetón que me quiera por lo que soy.

Anastasia. I looooooooooooooooooooove this movie (dont even care that its not technically disney)

Dimitri no era un príncipe de Disney, así que lo puedo tener a él?

Cumplir nuestros sueños de la mano, dándole celos a esas brujas que me hacían/hacen bullying, ser feliz sin pretensiones ni barreras.
No quiero un “felices por siempre” de las películas o los libros, porque esos nunca duran, quiero una relación estable, llena de amor, quiero alguien con quien pueda crecer y ser feliz, alguien que soporte mis mariconadas y sepa cuándo darme pañuelitos o chocolate.“Y vivir muchos años, junto a él, para poder devolverle las cosas que te hace sentir, las sonrisas que te arranca, los planes, las cosas bien hechas, las carreras por el pasillo huyendo del otro y cruzando los dedos para que te pille, los besos, la ilusión, las charlas de matrimoniadas metidos en la cama, abrazados con la luz apagada, los sueños, los arrumacos, los masajes, los detalles sin fin, las llamadas, las fotos, el placer, el amor, las miradas y, en resumen, esa increíble sensación de melancolía y amor (con hache, de lo grande que es) cuando tienes que salir de la cama antes que él, le das un beso de despedida y en sueños te dice: “Te quiero, mi amor”.” (Beta con las palabras justas, como siempre)
Quiero vivir sensaciones nuevas.Lu

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