He puesto esa canción muy alta en otra habitación. Me he tumbado en la cama de invitados y he intentado cantar. El eco de los acordes reverbera en las paredes de mi casa, mientras yo finjo que sé cantar en el cuarto de al lado. Canto bajito y escucho el chasquido de mis labios en medio de un no-silencio agradable en el que parece que me susurro mil y una historias que no cuento porque ya pasaron. He recordado en medio de todo eso que hoy es tu cumpleaños y ya no lo censuro como antes. Y aunque una lágrima fuera apropiada en mi contexto, prefiero regalarte tan solo palabras y medio recuerdo.