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Kathlyn se bebe el mundo

Publicado el 26 febrero 2013 por Rubydelfino
No me peguéis. Sé que he estado fuera mucho tiempo, pero era necesario. Mi vida estaba tomando un cáriz bastante extraño y todo estaba patas arriba. En el tiempo que he estado medio desconectado no tenéis ni idea de las cosas que han pasado. Una de las más lamentables la quiero exponer aquí, con vosotros, porque sé que estáis hambrientos de historias lamentables que os hagan decir "qué bien estoy en mi puta casa".
La pobre Kimberly ha tenido que cambiarse de casa debido a los problemas que ha estado sufriendo su compañera de piso. He dicho bien, "sufriendo" y no "causando". Hablamos de Kathlyn (pronúnciese Kéizlin), que como no tenía otra cosa que hacer, y teniendo en cuenta la crisis galopante que nos acecha, se ha dado cuenta de que su profesión de productora audiovisual no le da lo suficiente como para sentir que se come el mundo, por lo que ha decidido bebérselo.

Kathlyn se bebe el mundo

¡Ay, que chuza voy! ¡A que me caigo!

Los primeros affaires serios de Kathlyn con Lady Bottle comenzaron cuando los proyectos profesionales empezaron a escasear. Cuantas menos llamadas recibía, más latas de Cerveza El Corte Inglés llegaban a su nevera. Kimberly, que estaba ya acostumbrada a abrir su frigorífico varias veces al día (con esto no quiero decir que estuviera gorda, ni mucho menos... aunque ya sacaremos este asunto a colación), comenzaba a darse cuenta de que donde antes había cogollos de tudela y latas de aceitunas, ahora había Mahou, Cruzcampo, San Miguel y, lo peor, Lager Día. Los temores kimberlianos se confirmaron cuando, un día, mi amiga llegó del trabajo y se encontró a Kathlyn viendo TV en el sofá con una litrona vacía sobre la mesa y una lata en su mano, descojonándose viva ante el anuncio de Alcachofas de Laón. Hombre, a ver, cuando lo emiten yo también me despollo vivo, pero no emito sonidos guturales como si Falete estuviera haciendo no-flexiones sobre mí.
Cuando Kimberly sacó el portátil (o el laptop, para los más chachiguays) para ponerse a terminar sus tareas del trabajo en casa, su compañera de piso, con la lengua más torcida que el eje del rostro de un tetraplégico, le dijo: "voy a la cocina a hacerme un huevo frito, vengo ahora". En ese momento, mi amiga confirmó su primera sospecha...
SOSPECHA NÚMERO 1 / LETRA A / ASTERISCO FINITO: Kathlyn se había convertido en una de esas borrachas que beben cualquier día, a cualquier hora, y porque sí... ¡Olé!
Quizás el pensamiento coñero se le fue de la cabeza cuando a Kathlyn el huevo frito se le fue de las manos y desde la cocina salían unos ruidos que indicaba que allí nada bueno estaba pasando (entendiendo 'nada bueno' por 'bonita, se te quema la casa'). Kimberly levantó su culo del sofá y dirigió sus pasos hacia el lugar del crimen. Allí, con cara de mongola en un Belros/El Rincón, estaba su ebria compañera de piso salpicando gotas de agua aleatoriamente sobre el aceite caliente, con un requemado huevo flotando de lado a lado de la sartén, mientras se reía como aquel que acaba de hacer el descubrimiento más estúpido del mundo. Kimberly, por su parte, pensaba que había descubierto a la mayor estúpida del mundo haciendo, simplemente, el gilipollas.
SOSPECHA NÚMERO 2 / LETRA B / ASTERISCO EN NEGRITA: Kathlyn bebía para que su entorno se fijara en su borrachera y no en su verdadero problema (era lerda).
Tras intentar olvidar este turbio asunto, Kimberly celebró su cumpleaños al que, por supuesto, asistí. Allí, tras horas de 'jijiji' y 'jajaja' varios, llegaba la hora en que la gente se iba, porque el alcohol se había terminado. Tras esquivar las lágrimas de Kimberly por tal tragedia, con mis propios ojos pude ver que Miss Desagüe Sumidero 2013 acechaba cual pantera a gacela en Documental del National Geographic (ok, dejémoslo en 13TV, la visión era demasiado triste y lamentable), esperando a que los invitados abandonaran el lugar para hacerse con las copas sin terminar que éstos iban dejando en cualquier sitio. Yo miraba horrorizado cómo esta persona, con la garganta más seca que los campos de cultivo de Almería, se iba bebiendo indiscriminadamente cada vaso de tubo que encontraba. Kimberly me miró, me agarró del brazo, me llevó al baño y me confirmó su tercera sospecha.
SOSPECHA NÚMERO 3 / LETRA C / ASTERISCO EN NEGRITA Y SUBRAYADO: Kathlyn era una verdadera borracha, capaz de hacer una excursión de espeleología y lamer las estalactitas en busca de gotas.

Kathlyn se bebe el mundo

'Voy tó perju. Voy a echarme una siestecica en esta acera'

Escandalizados aún por este suceso, y estando Kimberly muy preocupada por el estado de su compañera de piso, le pregunté a mi amiga días después cómo había evolucionado el asunto. Yo, ingenuo de mí, pensando que Kathlyn se habría dado cuenta de lo bajo que había llegado a caer... Nada más lejos de la realidad (y del surrealismo). Kimberly me cuenta que su Naty Abascal doméstica le había robado una botella que escondía en el armario de su habitación. Es decir... Había entrado en su habitación sin que ella estuviera, había registrado sus pertenencias (Nota: me pregunto si habrá encontrado el dildo-souvenir con forma de Torre de Pissa) y se había llevado una botella que no era suya. Obviamente, había confirmado el último de sus temores.
SOSPECHA NÚMERO 4 / LETRA D / ASTERISCO DEL TAMAÑO DE LA CABEZA DE LUJÁN ARGÜELLES: Kathlyn adoraba tanto el alcohol que pensaba en su botiquín como si fuera un minibar, las Farmacias como si fueran bodegas y las bodegas como si fueran la Tierra Prometida.
Decepcionada como una madre del programa Hermano Mayor, Kimberly abandonó su casa pocos días después, en busca de un hogar mejor. La mala suerte le ha llevado a compartir piso en momentos actuales con una bulímica y su prima, que se cree que sabe tocar la guitarra. Que levante la mano quien crea que Kimberly va a volverse loca. YDJBYTE5M9ZF.

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