Como os comenté en Facebook, este año iba a ser especial el día 31. Y así ha sido, desde luego: este año hemos celebrado Anxo Cunningham y yo el kick-off en casa.
Recogí a Anxo en el aeropuerto, fuimos a casa y comimos. Después de reposar un poco la comida dimos, junto a mi señor esposo, una vuelta por la zona donde vivimos, que hacía muy buen día como para encerrarse tan temprano. La verdad es que fue un buen paseo, de esos que te llenan por la buena charla. Y cuando volvimos, a media tarde, nos pusimos a hornear galletas, que hay que coger fuerzas luego, mientras se escribe.
Una cena rápida, un rato más de evasión y charla mientras vimos la tele y se nos echó encima la medianoche. Con las galletas bien cerca (importante esto, ya que se hornean hay que tenerlas a mano) cogimos posiciones y nos lanzamos a por el reto. Comenzamos, así, el NaNo 2014.
Cumplimos, al menos, el mínimo del primer día esa noche. Entre unas cosas y otras nos dieron las dos de la mañana, hora a la que dijimos que ya estaba bien para ser el primer día, pero que al siguiente tocaba madrugar un poco y no era plan. Además, Anxo lo estaba haciendo a mano y tantas palabras seguidas también duelen.
Al día siguiente, tras desayunar las galletas que quedaron mientras seguíamos hablando de literatura, nos despedimos de ella, que seguía su viaje. Todo un placer compartir esta fecha tan señalada, que llevábamos ya mucho tiempo hablando de ese kick-off y de cómo teníamos que celebrarlo sí o sí este año.
La verdad, espero que este sea el primero de muchos años así. Y que en futuras ocasiones ella esté más cerca, por supuesto, que se ahorre también el cansancio de ir de una punta de España a otra.
Por cierto, gracias, cariño, por las fotos.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure