Me pierden tus ganas por comerte el mundo.
Tanto que a veces solo sonrío mientras te escucho, te miro a los labios y pienso en mis ganas de morderte la sonrisa.
Me pierden tus miradas cuando te hablo sobre comerme el mundo. Yo solo sonrío a tu sonrisa, te digo lo que sueño.
Tú solo piensas que solo podría ser más perfecto si sonriera al contártelo todo de nuevo.