Últimamente
he escuchado en reiteradas ocasiones que nuestras dolencias físicas derivan de nuestras emociones… Entonces, ante todo, una enfermedad o dolencia, es un llamado de atención de nuestro cuerpo, para que solucionemos un sentimiento que nos afecta, manifestándose en enfermedad… Veamos cómo funciona…Los dolores físicos tienen que ver con el espacio, pertenecen a un lugar…Los dolores psíquicos pertenecen al orden, no del espacio, sino del tiempo…
La emoción es la bisagra o nexo que une lo físico con lo psíquico…
Cuando activamos nuestra conciencia y accionamos para transformar o liberar la emoción, estamos generando una doble acción: una acción libera o transforma a nivel físico y la otra a nivel psíquico.
Las emociones que sofocamos, reprimimos o censuramos sin expresarlas libremente (en cualquier aspecto de nuestra vida), con el tiempo se convierten en síntomas en nuestro cuerpo... Las enfermedades, molestias o desequilibrios (dolores de cabeza, digestiones irregulares, mareos, molestias articulares, contracturas, deficiente circulación sanguínea, etc.) son el efecto de emociones sofocadas, no expresadas…
La incertidumbre, ansiedad, temor, enojo, angustia, desasosiego, apatía etc., son disfunciones psíquicas que siempre están vinculadas con acontecimientos que nos han dejado huellas en algún lugar del inconsciente…
Comenzar a dialogar con nuestro cuerpo, observando, escuchando y sintiendo, nos permite darnos cuenta de qué se trata lo que hemos reprimido o estamos reprimiendo.
A través del lenguaje corporal es posible liberar y mutar las emociones que fueron la causa de nuestro posible malestar físico. La geografía corporal tiene un orden, es como un gran mapa en el cual no hay divisiones políticas, es un todo, cada parte está intensamente ligada a las demás, ya que una zona afectada desestabiliza al todo…
Cada zona está vinculada a una emoción, si un territorio está escaso de energía y su funcionamiento es inestable o incompleto afecta a la energía de todo el conjunto. En este punto es imprescindible tener en cuenta que así como en la vida todos formamos parte del todo, lo que a cada uno le afecta también afecta al resto, sólo que, muchas veces no somos muy conscientes de la influencia de nuestra parte en el holograma de la vida, y se nos escapa tener en cuenta al otro. En el cuerpo físico, la diferencia es que, lo que lo afecta se manifiesta rápidamente, desequilibrando a todo el mapa corporal conduciéndonos a tomar conciencia. En ese desajuste es la enfermedad quién toma la delantera para comunicarnos que hay algo que no está funcionando adecuadamente. La enfermedad se convierte en el medio que nos permite ser conscientes de nuestro cuerpo y de la influencia que tiene sobre él, aquello que no pudimos resolver emocionalmente.Aquí una breve descripción de las 7 Emociones más importantes, que los Chinos antiguamente han descrito como las causantes internas que pueden conducirnos al desequilibrio, que traducido al cuerpo físico se convierten en enfermedad, y que también son las causas que constituyen la falta de equilibrio psíquico…La alegría: Es un factor saludable pero una experiencia intensa y excesiva de alegría perjudica el Corazón, una alegría inmensa agota el corazón. Aquí se incluye el placer de causar daño a los demás. Esto nos demuestra que el equilibrio es necesario en todos los órdenes de la vida.
La ira: Perjudica al Hígado, cuando nos enojamos el hígado funciona en exceso. La ira produce aumento de la energía provocando distorsión en la visión, mareos, vómitos y dolor de cabeza. El hígado regula el flujo sanguíneo que está íntimamente vinculado al corazón, es por eso que las personas que se enojan fácilmente son propensas a sufrir enfermedades cardíacas.
La melancolía: Perjudica al Pulmón. Cuando nos preocupamos demasiado a continuación sigue la melancolía provocando pérdida de apetito, tos, vómitos, estreñimiento, insomnio, dificultades sexuales. Se bloquea o estanca el flujo de la energía. Las personas melancólicas o las que se ven sometidas a una gran preocupación son propensas a sufrir enfermedades pulmonares.
La angustia:Perjudica al Bazo. Cuando pensamos demasiado o estamos muy ansiosos el sistema del bazo y el estómago se verán afectados ya que se congestiona el proceso digestivo, produciendo pérdida de apetito, flatulencia en el pecho o el abdomen, mareos, dolor de cabeza, insomnio, pérdida de memoria. Cabe destacar que la preocupación es excesivamente perjudicial para el bazo.
La tristeza:Perjudica al Corazón y al Pulmón. Llevándonos a perder el entusiasmo y la confianza en la vida, agota la energía estresando el corazón. Produciendo pérdida de apetito, insomnio, tos, en algunos casos perdida de sangre en la orina. El amor no correspondido suele ser una de las causas. La ansiedad es una de las consecuencias, es por eso que muchas personas fuman.
El miedo: Perjudica los Riñones, hace que la energía se agote ( por eso es tan importante el insumo de agua). Suele paralizarnos y nos hace sentir extremadamente vulnerables. Produciendo diarrea involuntaria, polución nocturna, convulsiones y problemas sexuales.
El susto:Perjudica al Espíritu y al Corazón, dispersando el espíritu y malgastando la energía. Produciendo palpitaciones, falta de concentración, convulsiones y desequilibrios en la psiquis. También afecta a la Vesícula y a los Riñones…La medicina oriental desde siempre pude ver lo correlativo entre estas emociones y cómo afecta al organismo…
La mente y el cuerpo, son considerados un todo orgánico…Si no nos sentimos bien físicamente, nuestro rendimiento intelectual se verá afectado del mismo modo que nuestra salud física se ve afectada cuando estamos afligidos mental o emocionalmente…“El Universo nos apoya totalmente en todo lo que decidimos pensar y creer, el poder Universal jamás nos juzga ni nos critica”… Louise HayCreo que vale la pena parar un poco y conocernos… de nuestro diálogo interior surgirá las respuestas que necesitamos…Hasta la próxima!!
Fuente: Claudia Quesada, dimension12.com
Imagen: mediamercola.com