Revista Diario

Lo que cocina el escritor

Publicado el 10 julio 2013 por Isi Lpp
Muy buenas. Esta entrada es algo totalmente imprevisto que ha surgido y que he venido a compartir. Tenía en mente algo totalmente diferente, un post lleno de reseñas, pero creo que lo aplazaré para un poco más adelante, así añado un par de títulos a la lista. Además, con lo que traigo hoy creo que quedará un post interesante.
El blog La boca del libro es el responsable de esta tanda de preguntas curiosas que voy a contestar. Si queréis repetirlas, no dejéis de compartir la respuesta con la autora del post. Creo que son interesantes desde el punto de vista del autoconocimiento. Ahí van mis respuestas:
¿Me gusta escribir? ¿Qué es lo que me gusta más de escribir? ¿Y lo que me gusta menos?Me encanta escribir, lo adoro, es algo que me relaja mucho. Lo que más me gusta es el hecho de dar forma a imágenes vagas que me vienen a la cabeza, o dejar salir esas ideas que vienen de golpe a partir de una frase. Lo que menos me gusta es que a veces no sale todo como quisieras.
¿Escribo muy a menudo? ¿Me da pereza ponerme a escribir? Escribo a diario, aunque sea cualquier tontería. Mi reto 365 lo estoy cumpliendo de sobra (día ciento noventa). Todos los días suelo dedicar algún rato a ponerme delante del cuaderno sin otra pretensión que anotar lo que sea. Lo mismo sale un par de frases o nada, pero bueno, me sirve para ordenar mis pensamientos también. No me da pereza ponerme a ello porque es algo que me gusta hacer y lo disfruto.
¿Por qué escribo? Para pasármelo bien, para comunicarme, para distraerme, para estudiar, para aprender... Porque sale de mi interior, ni más ni menos. Hay días que es para contar alguna historia o escena y otros que me salen gritos o susurros del alma en forma de verso o prosa. Pero en cualquier caso escribo porque es lo que sale de mí de forma natural.
¿Qué escribo? ¿Cómo son los textos que escribo? ¿Qué adjetivos les pondría? Sobre todo me salen textos cortos, aunque intento escribir alguna que otra historia larga. Mis textos pueden ser de muchos tipos, pero generalmente son bastante metafóricos y, a la vez, directos. Desprenden un halo a poesía. Yo les pondría el adjetivo de “poéticos”.
¿Cuándo escribo? ¿En qué momento? ¿En qué estado de ánimo? En cualquier momento. En cualquier estado de ánimo. Cuando sea. Siempre que se me ocurra algo tengo que hacerlo. Y cuando estoy con mis historias largas, sencillamente cuando me apetece ponerme con ellas.
¿Cómo trabajo? ¿Empiezo enseguida a escribir o antes dedico tiempo a pensar? ¿Hago muchos borradores? Hago distinción aquí entre mis diversos tipos de creaciones literarias. Los textos cortos surgen de pronto, salen de pronto, los anoto rápido, reviso para que tengan coherencia y no se me escapen erratas al teclear (tecleo sin mirar ni pantalla ni teclado muchas veces) y ver si tiene alguna falta de ortografía o lo que sea. Es algo que hago en muy poco tiempo, si llega a veinte minutos la cosa ya es mucho. Los poemas depende de si surgen sin más o los trabajo (temas de rima, soneto, etc.). Si surgen sin más, más de lo mismo que en el caso de los textos cortos. Si voy buscando algo concreto (alguna rima, algún tipo de verso como es un soneto) lo hago en papel y voy ajustando los versos según convenga, así que ahí tardo bastante tiempo, pero no sé cuánto, depende de cada poema. Con lo que tardo más es con mis historias largas: les doy muchas vueltas antes de empezarlas, me hago algún que otro esquema previo para saber qué quiero contar y cómo (con el tiempo he aprendido a simplificarlos) y ya, a partir de eso, comienzo a escribir. Intento escribirlo todo de un tirón, capítulo a capítulo. Y cuando termino ya todo, ese es el borrador que tengo, a partir de ahí a corregir lo que sea. He aprendido con el tiempo a no ir corrigiendo conforme se escribe, se pierde mucho tiempo y no se acaba nunca.
¿Qué equipo utilizo? ¿Qué utensilio me resulta más útil? ¿Cómo me siento con él? Cuando escribo a mano utilizo el cuaderno que tenga en ese momento y una pluma normalmente. Tengo dos, una Lamy Safari azul y una Inoxcrom 2002 (esta última de mi padre), y ambas son muy cómodas. Escribir con ellas es un placer. Por otro lado, mi trasto es un dinosaurio casi, desde 2006 me hace compañía. Mi sistema operativo es Linux y como software utilizo LibreOffice mayormente. De tarde en tarde utilizo FocusWriter. Igualmente, me siento cómoda en mi trasto, lo tengo muy personalizado y es mi ambiente de trabajo habitual. Música y a por ello, no necesito más.
¿Repaso el texto muy a menudo? ¿Consulto diccionarios, gramáticas u otros libros? Lo repaso cuando lo termino, sobre la marcha no suelo hacerlo porque pierdo el hilo. Consulto diccionarios y demás online si me surge alguna duda concreta o busco algún sinónimo y no se me ocurre ninguno. Si no, nada.
¿Me siento satisfecho/a con lo que escribo? La mayoría de las veces sí. Otras veces veo lo que me sale y es tan distinto a lo que quería hacer que no me siento satisfecha y lo desecho. Trato de reescribirlo si creo que merece la pena. Otras veces paso y lo dejo. Ya saldrá otra cosa.
¿Cuáles son los puntos fuertes y los débiles? Mis puntos fuertes: mi capacidad de improvisación, que me regala a veces textos cortos muy bonitos. Mi punto débil es las historias largas: tan acostumbrada estoy a escribir cosas cortas que en las largas voy lenta e insegura. Doy pasos cortos y me cuesta mucho encontrar el momento adecuado para ello. Por eso voy lenta cual tortuga reumática escribiendo mis historias.
¿De qué manera creo que podrían mejorar mis escritos? Práctica, práctica y más práctica. No hay otra forma. A andar se aprende andando.
¿Cómo me gustaría escribir? ¿Cómo me gustaría que fueran mis escritos? Me gusta mi forma de escribir, la verdad. No me gustaría que mi estilo fuese de tal o cual forma diferente, ni cambiar nada, porque es tal y como me sale de dentro. Lo único que me gustaría es tener más voluntad y ponerme más seguida con mis historias largas.
¿Qué siento cuando escribo? Alegría, tranquilidad, angustia, nerviosismo, prisa, placidez, cansancio, aburrimiento, pasión... Depende de los sentimientos de ese día, puede variar mucho. No hay ninguno que predomine sobre el resto.
¿Estas sensaciones afectan de alguna forma al producto final? No. Al igual que la música que tenga de fondo tampoco afecta. He parido versos verdaderamente preciosos con Slipknot de fondo y sintiéndome como un cubito de hielo, por ejemplo.
¿Qué dicen los lectores de mis textos? ¿Qué comentarios me hacen más a menudo? En general, por los comentarios que recibo, suele gustar lo que escribo. Creo que el que más me han repetido ha sido sobre mi capacidad de hacer de un texto en prosa algo poético.
¿Los leen fácilmente? ¿Los entienden? ¿Les gustan? Supongo que sí. Son cortos, no son enrevesados. Lo que quiero decir queda bastante a la vista, no es algo que oculte. Y ya dije que por los comentarios que recibo suele gustar.
¿Qué importancia tiene la corrección gramatical del texto? ¿Me preocupa mucho que pueda haber faltas en el texto? ¿Dedico tiempo a corregirlas? Me importa mucho. Siempre reviso el texto antes de publicarlo y me da mucha rabia pescar alguna errata después de haberlo subido. Me gusta escribir de forma correcta, con sus mayúsculas en su sitio (odio esa manía de ahora de escribir todo en minúsculas) y todo bien escrito. Me enseñaron a escribir bien.
¿Me gusta leer? ¿Qué leo? ¿Cuándo leo? Devoro libros. Muchos. Los que sean. Los que me vayan apeteciendo. De las temáticas que sean. Pero muchos, por favor. Este año llevo de momento veintinueve leídos, pero pronto caerán dos más.
¿Cómo leo: rápidamente, con tranquilidad, a menudo, antes de acostarme? Cojo el libro a la hora que sea y no lo suelto hasta que lo acabe. Aunque me den las mil de la madrugada.
Bien, esto ha sido todo. Tenía un par de cosas en el tintero por añadir, pero tendrán que esperar a la próxima entrada. Ha quedado la entrada demasiado larga ya y lo que quería comentar era algo que necesita su hueco de explicaciones.
Por cierto, gracias a vosotros, gorriones míos, por seguirme. Ya sois cien por aquí.

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