Mercancía robada novela

Mercancía robada (Editorial Terra Trivium)

De Lluna Vicens

MERCANCÍA ROBADA NOVELA

LA AUTORA

Nacida en Badalona en 1969, Lluna Vicens hace su primera incursión en el mundo literario con el libro de relatos Doce días, una vida (Parnas 2019).

Desde su temprana infancia es aficionada a la lectura porque sus padres fueron un ejemplo para ella, y también a la escritura. Novelas como La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro o Jane Eyre de Charlotte Brontë, marcan su adolescencia, pasando luego por El cazador de barcos de Justin Scott, Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez o Señora de rojo sobre fondo gris de Miguel Delibes.

En 2012 descubre a un escritor consagrado en el género negro que, además, es su maestro y mentor, José Luis Muñoz, con títulos como PatpongRoad,Cazadores en la nieve,El rastro del lobo, El centro del mundo, El viaje infinito o La muerte del impostor, es el espejo donde Lluna Vicens se mira.

Es una gran aficionada a la fotografía, actividad que compagina con la escritura, el cine en versión original y la buena música.

Desde 2019 es subcomisaria del festival literario que se celebra en Val d’Aran Black Mountain Bossòst (BMB), que dirige junto a su mentor, y es miembro del colectivo Lee o Muere

MI OPINIÓN

La historia que nos cuenta en primera persona, la autora, es sobre una experiencia personal, tan traumática y desgarradora por la edad en la le que ocurrió, que le fue imposible contarla, teniéndola guardada en su más profundo rincón, carcomiéndole durante 31 años; hasta que, por la madurez emocional y otra serie de factores y tras asistir a innumerables sesiones que le ayudaron a asumir semejante trauma, más la ayuda profesional de su mentor y amigo, José Luís Muñoz y, el apoyo incondicional de otros autores como los argentinos Guillermo Orsi, Gustavo Abrevaya —escritor y médico psiquíatra—, José María García Sánchez —escritor y abogado— y un largo listado de amistades cercanas, se animó a afrontar el reto de escribir y mostrar su dolor, espanto, desesperación y culpa. Porque sí, encima que los malvados hacen un daño irreparable, hacen sentirse culpables a sus víctimas.

Lluna comienza su relato, en un lenguaje simple y descriptivo de las situaciones, paisaje, escenografías y personajes, como si regresara en el tiempo de sus 18 años y, a medida que avanza, nos introduce en las entrañas de ese mundo donde se encuentra sin saber cómo ni porqué. Es secuestrada por unos individuos, tras citarla para un empleo, de forma engañosa y encontrarse al despertarse después de ser drogada, en la habitación de una casa y en una ciudad desconocida. Ahí comienza el calvario, vejaciones y malos tratos a los que es sometida para hacerla ejercer de prostituta para el proxeneta que la compró. A medida que avanza en la historia, evoluciona la escritura y nos cuenta esa terrible experiencia, ya como la adulta en la que se convierte, a la fuerza y, la firme convicción de escapar aferrándose a su instinto de supervivencia y a la figura maternal, que es el pilar donde apoyarse y que le da las fuerzas necesarias para actuar en el momento preciso.

Es una lectura que te lleva deprisa y sin pausas, para saber cómo lo logra. No hay distracciones que te dispersen en el seguimiento de esta protagonista tan real y vívida.

La trata de blancas no es un negocio de esclavitud sexual nueva, es tan vieja como la instauración de la sociabilidad humana, es un tremendo error decir que «la prostitución es la profesión más antigua del mundo». ¡NO, NO LO ES! ¡LA PROFESIÓN MÁS ANTIGUA ES EL PROXENITISMO!