Mes 1 del reto 250

Nada mejor para acabar septiembre que un análisis de lo que ha supuesto para mí este primer mes de reto 250, teniendo en cuenta, además, que lo compagino con mis estudios.
Cuando decidí hacer esto era muy consciente que no empezaba en las mejores fechas: justo cuando el modo intensivo de estudio se impone, con la salida de las convocatorias de examen y la presión que suponen. Pero aún así tenía que hacerlo. Escribir cuando hay tiempo, cuando no hay nada que hacer sería "lo fácil", luego es más difícil mantenerse cuando vienen contratiempos y complicaciones. Además, el desahogo diario, normalmente en la sobremesa, me está ayudando a desconectar un poco antes de seguir con el ritmo de trabajo.
Está costando, para qué negarlo. En los últimos días ya parece que voy cogiendo la costumbre y me falta algo si no cae un puñado de palabras, pero al principio he tenido momentos de abandono y días que no he escrito nada. He decidido no reiniciar el reto, continuarlo a pesar de todo, porque al final mi meta, más allá del conteo de palabras (que es una guía, nada más), es la rutina.

Qué me está aportando el reto 250.

1. He encontrado un horario maravilloso para ponerme a ello. De toda la vida he sido nocturna tanto para estudiar como para escribir, pero con la cosa del estudio prefiero centrar esos momentos del día a terminar el tema con el que me toque lidiar. Por lo tanto tenía que encontrar otra hora que no fuese esas y el mediodía, después de comer, se ha convertido en el momento perfecto: hay menos estímulos a mi alrededor (quitando la música que tenga, eso no se mueve) y me sirve como desconexión y recarga de pilas antes de seguir dándole a los codos.
2. Un trabajo más constante con Páginas de Metáforas. He tenido días que no había manera, lo que he escrito lo he tenido que desechar en el momento o al releerlo al día siguiente, pero puedo alegrarme: han habido ideas que han cuajado y tras trabajarlas bien han tenido el resultado que esperaba y deseaba. Sigue creciendo, pues, y parece que a buen ritmo. Buena prueba de ello es la última entrega del anecdotario metafórico.
3. He escrito algo más allá de mis proyectos. Esto me ha hecho plantearme algunas cuestiones sobre lo ya terminado, lo que está por venir y lo que tecleo ahora mismo. No todo malo, ha habido alguna conclusión interesante y esto hace que me ponga más las pilas con lo que intento crear a diario. Además, parece que poco a poco voy saliendo del atasco que me atacó a mediados de mes.
Octubre va a ser un mes de transición, como todos los años. Entre esquemas un poco más detallados de lo que escribiré en noviembre y textos varios que surjan creo que voy a estar bastante entretenida. De sobra, teniendo en cuenta la caña que me tengo que dar con el estudio.
Por cierto, un par de cosas para acabar el post. La primera es que os recuerdo que miréis bien la bandeja de entrada, el pasado 27 os envié la última newsletter. La segunda, no olvidéis lo que os dije en la entrada anterior y en Facebook: espero vuestras sugerencias para las entradas temáticas del NaNo de este año. ¿Qué os gustaría saber? ¿De qué os gustaría que hablara? No os cortéis y dejádmelo en los comentarios o en la propia página, donde os venga mejor.