Llevo notando desde un tiempo a esta parte varias cosas con respecto a este blog que me están llamando mucho para intentar ponerme más en serio con él, pero no sé ya de dónde sacar tiempo. Desgloso por partes.
En concreto, una de las cosas que veo es que más o menos el ritmo de visitas se mantiene, aunque hayan bajado desde el año pasado a ahora. Que en gran parte lo entiendo y comprendo: estoy más volcada hacia mi lado enfermero, hacia mis estudios. Por si algún visitante no lo sabe aún, estoy preparando el examen EIR, que da acceso a las especialidades de enfermería. Es un examen duro, somos muchos para pocas plazas y ser opositor no es nada fácil, se te van las horas del día intentando abarcar un temario inmenso, haciendo simulacros y tratando luego de evadirte.
En relación a lo anterior, creo que está el tema de las entradas. No publico tanto como antes, o al menos mis entradas no vienen tan llenas de contenido como las que publicaba hace un año por ejemplo. Antes venía más a menudo a compartir por aquí más cosas, como textos cortos, y desde hace una temporada vengo por aquí bastante poco y casi no comparto nada. Que parece que he dejado de escribir, pero nada de eso. Es solo que, como el tiempo no me sobra, me dedico cuando me pongo a avanzar proyectos. Muy de tarde en tarde sale algo suelto, como por ejemplo este texto que subí hace poco a LiveJournal, pero es la excepción.
[Pincha en la imagen para leer Mi voz.]
Además del texto ocasional, hago más, aunque no hable tanto de ello o diga poco, casi nada, en mis entradas. Por poner un ejemplo de algo en lo que trabajo cuando consigo un hueco de tiempo y ganas: proyecto*ilusión sigue avanzando, la corrección-reescritura marcha y la historia ha pasado de las veintiuna mil palabras a treinta y siete mil (de momento). Voy un poco por rachas con él, porque la historia, cuando dice a cogerme, no me suelta hasta que un torrente de frases y oraciones sale. Por eso, en los días que me he puesto con ella, le he ido arrancando palabras de mil en mil.
Por poner otro ejemplo de proyecto que avanza y sigue haciéndolo, dejando casi aparcados al resto: páginas de flores va camino de tener una cuarta parte ya lista. Aún me queda mucho con esto, mucho trabajo pendiente, correcciones, comprobar que todo va saliendo bien y eso, pero me está gustando el resultado. Me acompaña mi cuaderno al lado del libro con el que esté estudiando ese momento y no paro de anotar cosas relacionadas con él. Lo mismo cuando salgo a la calle, el móvil está lleno de notas de ideas.
Así da gusto escribir. Sintiendo, viviendo, aprovechando el poco tiempo que tengo. Que aunque parezca que no hago nada, aunque mi reto 250 va lento, demasiado para mi gusto, hago lo que puedo. Y sigo sacando cosas adelante, aunque no las publique como antes. Es lo que tiene trabajar en proyectos largos. Pero me gusta y disfruto, que es lo que importa y a lo que venimos aquí. El resto es secundario para mí.