Segunda vez que intentamos esto del huerto. La primera fue para su cumple hace dos años. Compramos semillas, tierra, sembramos y no salió
¡Obvio! Cultivar la tierra es un arte, que necesita preparación. Y eso no lo sabíamos, aunque parezca muy tonto.
Esta vez estamos asesorados por un compi del trabajo de Gian. Digamos, que aunque no tenemos el camino recorrido por completo, tener ayuda lo hace mucho más fácil.
Nuestro huerto comenzó hace 3 meses. Cuando con unos palets preparamos lo que sería “nuestra zona agrícola”: un macetero gigante. Luego, cometimos el delito de robar tierra del parque.
Allí estábamos nosotros, con nuestras 4 bolsas negras de basura, y un pequeño pico de jardinería casera. Con las manos agarrábamos la tierra, y la echábamos en nuestros “sacos de ladronzuelos”. Creo que tuvimos que hacer unos 11 viajes, del parque a la casa, para poder llenar bien nuestro huerto.
Tocaba preparar la tierra. En realidad, se trata más bien de esperar, dejar que el agua hiciera su efecto y “curara” la tierra. Así al menos dos meses de espera antes de sembrar nada.
Lo primero que sembramos fueron las cebollas. Un par de canalillos hechos en la tierra, previamente y a transplantar. Luego llegaron los tomates y pimientos.
Ver el huerto crecer poco a poco, y esperar que pronto nos regale algo, nos hace mucha ilusión. Pensar en la primera ensalada con frutos de la huerta, da mucha emoción. ¡Que sencilla puede ser la vida!
¿Cuántas estáis en esto del huerto urbano?¡Recomendaciones, desahogos y consejos siempre son bien recibidos!