Reseñas 2015 (7) + se acerca el NaNo

Se acerca octubre y, como ya he comentado en Facebook (hazte fan si aún no lo eres, prometo que no te llenaré de spam), este año os pondré la temática de mis futuros posts sobre el NaNo en bandeja. ¿Qué os apetece leer? ¿Qué queréis que trate? Podéis comentarlo en el mismo estado de Facebook o dejarlo abajo en los comentarios del blog. Estudiaré todas las opciones y sugerencias que dejéis y las traeré por aquí en la medida de lo posible.
Mientras preparo o no dichas entradas, basadas en vuestras sugerencias, vengo con las reseñas que me quedaron pendientes en la entrada anterior. El verano ha dado bastante de sí a pesar de todo lo que me ha tenido liada entre estudio y trabajo.
Antología poética, de Francisco de Quevedo. No os voy a descubrir el Mediterráneo a estas alturas si os hablo de Quevedo. Me gusta cómo escribe desde hace muchos años y era cuestión de tiempo hacerme con una antología suya y devorarla, como ha sucedido. Altamente recomendable para los amantes de la poesía del Siglo de Oro.
Un día negro en una casa de mentira (1998 - 2014), de Elena Medel. No todo va a ser leer a los clásicos, también me apetece ampliar mi horizonte de lecturas añadiendo a la lista poesía actual. Este libro recoge la obra de la poeta Elena Medel, incluyendo sus libros publicados hasta ahora (Mi primer bikini, Tara y Chatterton) así como dos cuadernos (Vacaciones y Un soplo en el corazón) y algunos poemas inéditos. Me ha sorprendido para bien, la verdad. He tenido momentos de volver a leer algún fragmento por lo que me ha llegado, y eso es bueno. Para mí un objetivo de la poesía es que me transmita algo, sea lo que sea. Y si encima está bien construida y es armónica ya me conquista por completo. Me gustó bastante, sí señor.
Oliver Twist, de Charles Dickens. No todo iba a ir en verso. Tiré de clásico porque lo vi en la estantería de casa de mis padres y me ponía ojitos, no podía dejarlo ahí sin leerlo. Como hacía años que no lo leía lo he disfrutado doblemente: por la historia en sí y por recordar ciertos pasajes que me gustaron en lecturas anteriores. A ver si consigo desliarme en cuanto a estudios y puedo hincarle el diente a más libros del señor Dickens, que lo tengo pendiente.
Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo, de Elvira Sastre. Otra ración de poesía actual, esta vez de la mano de Elvira Sastre. Por lo que he leído, su obra Baluarte, posterior a esta, tiene buenas críticas. Sin embargo, decidí empezar por esta, anterior y sobre lo que no había leído hasta ahora nada malo. Yo ya no sé si es que soy muy especialita o qué, pero se me ha hecho la lectura de Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo eterna y repetitiva. Alguna imagen buena, algún recurso interesante, pero en general me parecía todo lo mismo. Lo dicho, no sé si es que soy muy especialita, pillé el libro en mal momento o es que es así y ya está.
Ecdisis, de Estela Rengel. Si después de tiempo leyéndola en sus blogs, leyendo los pequeños poemas y textos que sube a sus redes sociales (sobre todo a su Instagram), consigues su primer libro publicado, lo lees en un suspiro y te quedas con ganas de más es que realmente merece la pena. Siento que tengo que hacer otra relectura, como hago con ciertos libros que me gustan, para empaparme aún más de su esencia, pero me parece que tendré que esperar a estar más libre de obligaciones. Mientras tanto, os recomiendo que si podéis lo leáis. Estela, además, os querrá mucho por ello.
Y con esto termino mi ración de reseñas por una temporada. No olvidéis lo que os he dicho al principio de la entrada: espero vuestras sugerencias sobre temas a tratar de cara al NaNo, podéis dejarlas aquí o en Facebook.
Feliz semana.