Llevo con la entrada sobre libros pensada ya una semana, pero como estoy leyendo uno que tiene muy buena pinta y quiero incluirlo el post va a tener que esperar un poco más. Merecerá más la pena porque traeré más libros de los acostumbrados: seis en lugar de los cuatro que suelo poner por entrada. Así que la semana que viene, a principios de semana, la subiré de una vez.
La entrada de hoy es un poco tonta, porque venir a decir lo que voy a decir es algo evidente y casi sobraría. Pero bueno, ya que estamos en mi blog os lo contaré: no estoy siguiendo el CampNaNo y dudo mucho que lo continúe.
Tendría que haberle hecho caso a mi intuición cuando me pensaba tanto lo de participar en este reto. Ganas tenía y sigo teniendo, eso sin duda. Pero no puedo llevarlo adelante, me es imposible cuando estoy con mi atención centrada todo el día en lo mismo: estudiar. Me juego mi futuro y sé que falta aún muchísimo para el EIR, pero por lo mismo, no quiero dejarlo para el día antes.
Bien es verdad que había pensado en compaginarlo todo, y en un principio parecía haberlo conseguido. Pero he tenido problemas y, además, ahora estoy mucho más liada que antes. Ojalá tuviese un trabajo como enfermera, al menos me quitaría el “mono” de hospital que tengo.
Por otro lado, veo que cuando me presiono y quiero hacer tantas cosas termino al final sin hacer tanto como quisiera. Ni fluyen las palabras con la misma calma y buen hacer. No hay manera. Se me da bien trabajar bajo presión, pero no crear. Eso es un mundo aparte. Y no he salido de un proceso creativo cuando ya estoy de cabeza en otro. Tampoco puede ser.
Así que este verano, visto lo visto, no pienso preocuparme de nada más. Ni a partir de ahora. Que surja lo que tenga que surgir, sin plazos ni ritmos. Que los retos estos son divertidos, sí, pero no cuando tengo tanto que hacer ni hago uno tras otro sin terminar ninguno. Hay cosas que van por delante.
Esto no quiere decir nada con respecto a los concursos. Todo puede pasar hasta que se cierren los plazos de entrega. Y entonces hablaremos. Si no, pues otra historia para la recámara y ya verá la luz si es algo que merece la pena.
Y eso era lo que tenía que comentar en la entrada anterior y por lo que necesitaba mi espacio.
Feliz fin de semana, gorriones míos.
