Cuando recuerdas mentalmente las líneas de gran poeta recientemente muerto, un escalofrío te recorre la espina dorsal, mientras la miras, el humo de cigarrillo crea una fina neblina entre tu y ella, haciéndote un poco más invisible a sus ojos, y permitiéndote casi espiarla sin el pudor de lo obvio.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
de modo que si sobreviene
un apagón o un desconsuelo
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda
El breve lapso de tiempo que ha transcurrido, entre tu mirada y su sonrisa te hace pensar que posiblemente le gusta ser observada, que necesita ser observada por ti, mientras el cigarrillo se muere en tus manos, sin que apenas te des cuenta
entonces las paredes se acuarelan
el cielo raso se convierte en cielo
las telarañas vibran en su ángulo
los almanaques dominguean
y los ojos felices y felinos
miran y no se cansan de mirar
Parece inminente el encuentro, y te sonries por dentro, y ella se acerca lentamente, tan lentamente que puedes saborear instintivamente el momento que acabará por llegar. La deseas sin conocerla, que es como nace el deseo puro, y crees que todos los músculos de tu cuerpo le demuestran tus ganas y urgencia.
una mujer desnuda y en lo oscuro
una mujer querida o a querer
exorcisa por una vez la muerte
La mujer te mira a menos de diez centimetros de distancia, sintiendo el vapor que sale de las aletas de su nariz, crees que es el momento, pero ella se adelanta y acaricia tu cuello con un beso, un beso profundo, un beso que eriza los pelos de tu nuca, y que te hace sentir vivo de nuevo, con la prisa del deseo ambos comenzais una danza desordenada de caricias y besos, y antes de que te des cuente, su vestido ha caido, y la completas en su infinita desnudez, y una vez más las palabras de Benedetti, te taladran la mente,