EL MISTERIO DE LA CASA ROJA
«Bueno, me fijo en las cosas».
Oh, amigos, El misterio de la Casa Roja (1922) es el tipo de novela que reafirma el placer que regala una buena lectura. El autor de Winnie the Pooh escribió una sola trama detectivesca, que es la que hoy reseño, y lo hizo, como nos aclara en la nota que añadió a su libro, para agradecer a su padre, gran consumidor del género, tantos años de amor y de entrega.
La inteligencia es, como en todas las obras de la época dorada del relato policíaco, el valor a resaltar en El misterio de la Casa Roja, donde dos invitados del arrogante dueño de la mansión harán de Sherlock Holmes y de Watson: Antony y Bill descubrirán quién ha sido el autor del disparo y por qué ha desaparecido el anfitrión.
Observación, deducción, razonamiento: son los pasos con los que la mente se enfrenta a los problemas para darles respuesta. Son cualidades exclusivas del hombre, pues el instinto, que es importante, es una reacción vital que compartimos con otras especies animales.
En la novela de Alan Alexander Milne (1882-1956), construida sobre hipótesis y suposiciones, el inconsciente juega un papel fundamental. En El misterio de la Casa Roja nos vemos atrapados en un entramado de indicios que nos son ofrecidos con falsa simplicidad. Las señales, que aparecen muy pronto, incluso antes del descubrimiento del cadáver, van alternándose con nuevas interrogantes —la técnica narrativa de Milne convierte las pistas en pasillos laberínticos.
En El misterio de la Casa Roja hay un pasadizo secreto, un lago que dragar, unos cuantos sospechosos, dos primos que se fijan en una joven vecina, un cuello de camisa, una sirvienta indiscreta, un pasadizo secreto, un protagonista atado a su espíritu aventurero y, ¡cómo no!, un detective oficial.
Lector, como suele pasar con la ficción detectivesca de la época de El misterio de la Casa Roja, las teorías psicoanalíticas de Freud, Jüng y Lacan se cuelan por las rendijas: Antony tiene la capacidad de almacenar en su conciencia todo aquello que ve, que escucha, que huele… Todo aquello que, en el momento en el que se manifiesta, parece carente de trascendencia.
En tiempos de A.A. Milne, el género policíaco exaltaba los procesos de la mente, a diferencia de la novela actual que suele imponer la investigación científica a la percepción de los sentidos. Las soluciones de laboratorio anulan la imaginación que despierta la lógica inductiva. La literatura policíaca actual suele matar el hambre sin despertar paladares.
El misterio de la Casa Roja tiene las tapas duras, está traducido por Raquel G. Rojas y se encuentra dentro del catálogo de la editorial Siruela.
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